Cuenca y el Nacimiento del Río Cuervo

El hechizo natural de Cuenca

Pocos parajes resultan tan románticos y fantasmagóricos como el nacimiento del Río Cuervo, uno de los monumentos naturales más bellos de la Península. Las bravas aguas caen en una cascada que rompe sobre las rocas creando mágicas tonalidades esmeraldas. Pero la Ciudad Encantada y el Parque Natural de la Serranía de Cuenca esconden tesoros menos conocidos que te invitamos a descubrir.

Ubicada entre los ríos Júcar y Huécar se encuentra Cuenca, la ciudad en la que arranca la ruta. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la belleza de su patrimonio arquitectónico y el singular paisaje que la rodea. En su corazón late el fervor religioso a través de los muros de la catedral de Santa María y San Julián y el convento de las Petras. Asomadas al río, las famosas Casas Colgantes son un impresionante y hermoso prodigio de arquitectura. Menos conocidas son las lagunas de Cañada del Hoyo, las increíbles Torcas de Palancares, un espectacular conjunto de cavidades redondas llenas de agua que recuerdan a los cenotes mexicanos, y Tierra Muerta, así llamada por su extrema aridez.

En pleno corazón del Parque Natural de la Serranía de Cuenca y rodeada de inmensos pinares, la Ciudad Encantada es sin duda uno de los parajes más espectaculares de nuestro país, donde podrás conocer y aprender el proceso geológico del karst y admirar sus caprichosas formaciones. Por ello, la Ciudad Encantada fue declarada Sitio Natural de Interés Nacional. Si has emprendido la ruta en coche por Cuenca con niños, te encandilarás viendo cómo se asombran y divierten buscando figuras diversas tras las erosionadas rocas de la Ciudad Encantada. Caprichosas formaciones que semejan cocodrilos, osos o tortugas harán las delicias de pequeños y mayores. Otras parecidas, aunque algo menos espectaculares, se muestran al visitante en Los Callejones de las Majadas.

Pero el protagonista de esta ruta te aguarda a 1.490 metros de altura, junto a la localidad de Vega del Codorno, brotando imperioso de la falda occidental de la Muela de San Felipe: el Nacimiento del Río Cuervo, Monumento Natural de extrema belleza. Sus aguas surgen briosas entre rocas cubiertas de musgo y hierba y rompen en una poza de color verde esmeralda. El efecto es tan glorioso que al visitante no le extrañaría ver una ninfa saliendo de sus profundidades.

Para acabar el viaje por las extraordinarias tierras de Cuenca, no hay nada como asomarse al mirador del tío Bigote, con unas soberbias vistas sobre el valle del Júcar y el barranco del Molinillo. Desde aquí se aprecia la fuerza con la que el agua y el aire han creado, a lo largo de miles de años, este sublime paisaje.

Sugerencias para disfrutar de la ruta

  • Desde el Ventano del Diablo, un precioso marco natural, se pueden sacar muy buenas fotografías de las pozas del Júcar.
  • Subiendo por la margen del río Cuervo descubrirás pequeñas cascadas que, aunque no tan espectaculares como las del nacimiento, son igualmente encantadoras.
  • ¿Sabías que en el Parque Cinegético de El Hosquillo todavía se pueden ver lobos y osos?
  • Acércate a Tragacete y da un paseo hasta el Molino de la Chorrera, otra cascada de gran hermosura.

Carné de ruta

  • En avión 
    Aeropuerto de Madrid.
  • En coche 
    Bilbao-Cuenca: 552 km vía Burgos y Madrid.
  • Longitud de la Ruta 
    220 km.

Mejor Época

Todo el año, aunque la primavera suele ser más benévola y el río suele llevar más agua debido al final de la época de lluvias.

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Textos cedidos por My Way Rutas en coche.