Atenas, Peloponeso y Meteora

Donde duermen los dioses

Piedra sobre piedra se yergue en Grecia el recuerdo de aquellos tiempos en que los hombres cantaban alabanzas a sus dioses y estos, desde lo alto del Olimpo, jugaban con sus destinos. El paisaje griego ha cambiado desde entonces, pero los olivos, las vides y el azul del mar nos siguen contando historias de guerras, hazañas y amores invencibles.

Aunque su origen se remonta al siglo XIII a.C., los más portentosos edificios de la Atenas clásica se construyeron en el siglo V. En la Acrópolis, que corona la ciudad sobre el barrio de Plaka, el Partenón con las cariátides y el Museo Arqueológico muestran todo el esplendor del siglo de Pericles.

La ruta en coche por la Grecia clásica atraviesa el estrecho canal de Corinto para adentrarse en el Peloponeso. No muy lejos se encuentran Nafplio, con sus refinadas mansiones venecianas y otomanas, y Toló, apreciado centro vacacional de la costa.

El esplendor de la ciudadela de Micenas se muestra orgulloso desde la puerta de los Leones hasta la tumba de Agamenón en un paisaje duro y agreste. El teatro de Epidauro, por contraste, está rodeado de frescos pinos y esbeltos cipreses. Conduciendo hacia el suroeste llegarás a Olimpia, cuna de los Juegos Olímpicos, donde casi se puede oír el resoplar de los exhaustos atletas, aunque para el visitante se trata de una experiencia relajante por la belleza y frescor del paisaje que rodea las bien conservadas instalaciones.

El recorrido por la península del Peloponeso concluye con la visita al antiguo santuario de Delfos que, colgado entre dos rocas del monte Parnaso, esconde el secreto de la pitonisa que, con sus enigmáticas sentencias, iluminaba el porvenir de cuantos acudían a consultar el oráculo.

El Impresionante paisaje de pitones rocosos, localizados al norte de Grecia, cerca de la ciudad de Kalambaka, donde se asientan varios monasterios medievales en Meteora —declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO—serán el colofón de nuestra ruta.

La cocina griega se sirve de la más sana tradición mediterránea. Excelente aceite de oliva, hortalizas, cereales, frutos secos y queso componen la base de gran parte de sus platos. Además, el vino griego y el pan de pita están presentes en todas las comidas. El pescado, como es de esperar en un país rodeado de agua, es fresquísimo y muy variado. No dejes de probar la musaka ni el tzatziki, delicioso yogur con pepino.

Sugerencias para disfrutar de la ruta

  • Los amantes del arte no deben dejar de visitar el Museo de la Acrópolis y el Museo Arqueológico Nacional. Pese a la gran cantidad de piezas en manos de británicos, alemanes o franceses, estos siguen siendo los dos mejores centros de arte clásico griego.
  • Plaka es un barrio eminentemente turístico, repleto de tiendas y restaurantes, en el que se sigue comiendo muy bien y se respira un ambiente local muy agradable.
  • Si te agobia la ciudad, durante tu estancia en Atenas escápate al cabo Sunion para ver su coqueto templo y darte un baño en las cristalinas aguas que lo rodean.
  • Siempre que te sea posible, visita los recintos arqueológicos a primera hora de la mañana. Habrá menos gente y, si es verano, hará menos calor.
  • La plaza Sintagma fue el centro neurálgico de las manifestaciones del pueblo griego contra las medidas del gobierno en el año 2011.
  • Asómate por la ventanilla del coche y asómbrate con la vertiginosa caída de los muros del canal de Corinto.
  • En el teatro de Epidauro se siguen representando obras de teatro, tanto clásico como contemporáneo, durante los meses de verano.
  • ¿Sabías que el oráculo de Delfos fue consultado por los más ilustres personajes de la Grecia clásica?.
  • Para visitar los monasterios de Meteora, lo mejor es hacerlo al amanecer, para contemplarlos surgiendo entre la niebla; es entonces cuando se comprende por qué este lugar recibe el nombre de Meteora: rocas suspendidas en el aire.

Carné de ruta

  • En avión 
    Aeropuerto de Atenas.
  • En coche
    Irún-Atenas: 3.310 km, pasando por Toulouse, Mónaco, Génova, Verona, Eslovenia, Zagreb, Belgrado y Macedonia.
  • Longitud de la Ruta 
    1.250 km.

Mejor Época

Cualquiera, principalmente de primavera a otoño.

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Textos cedidos por My Way Rutas en coche.