Noemi Navas, directora de Comunicación de ANFAC, explicó que “aunque agosto no es un mes en el que se hagan grandes volúmenes de venta de vehículos, la caída registrada es muy importante y nos remite a datos solo vistos en la anterior crisis económica. Esta reducción responde en parte a la caída de la producción por la escasez de microchips, que está parando las fábricas de coches de todo el mundo, pero también a la situación derivada de la pandemia, que aún no se ha terminado. Además, el sector vuelve a percibir incertidumbre en los consumidores al respecto de qué coche comprar, ahora por la posibilidad de mayores restricciones a las tecnologías, iniciativas que, pese a que no son seguras, contribuyen a dañar al mercado en un momento tan delicado como el actual.”
Raúl Morales, director de comunicación de FACONAUTO, indica que “el verano no ha servido para ver un cambio de tendencia en el mercado de la automoción, que se mantiene en niveles raquíticos principalmente porque no hay suficientes coches para atender la demanda. La crisis de los microchips en las fábricas y la consiguiente falta de stock en la mayor parte de las redes de concesionarios es el factor que más está lastrando las matriculaciones y, lo que preocupa más, desmoviliza a los compradores, con lo que no se está generado cartera de pedidos para los meses siguientes. De cara al último tramo del año prevemos que este problema se mantenga y, junto a la incertidumbre que sienten los consumidores, nos coloca en un escenario peor de ventas del que preveíamos al inicio. Fiamos la recuperación para el año que viene, cuando prevemos que se produzcan más de 1 millón de entregas.”
Según la directora de Comunicación de Ganvam, Tania Puche, “en términos generales, agosto suele ser un mes con menos ventas debido al periodo vacacional, pero este año atípico se ve lastrado además por la incertidumbre ante la evolución sanitaria y, sobre todo, económica. El mes pasado, el encarecimiento de la energía disparó la inflación a su nivel más alto en casi una década, socavando la confianza de los consumidores que, al ver reducido su poder adquisitivo, no tienen más remedio que frenar el gasto. De hecho, las compras de particulares fueron las que más cayeron. A este contexto se suma que quien puede comprar por el ahorro acumulado durante el confinamiento, sufre retrasos en la entrega del coche por la escasez global de chips, lo que provoca el desplazamiento de la demanda al mercado de ocasión. En definitiva, un cóctel que da como resultado el volumen de matriculaciones más bajo en un mes de agosto desde 2014”
Fuente: Nota de prensa GANVAM, FACONAUTO y ANFAC