Noemi Navas, directora de Comunicación de ANFAC, explicó que “la falta de microchips y la crisis económica siguen lastrando las matriculaciones de turismos, especialmente en el canal de particulares, mientras la venta de vehículos de ocasión de alta antigüedad está disparada. La recuperación del trabajo presencial ha supuesto un alza en la movilidad privada, especialmente en los grandes centros urbanos, poniendo de manifiesto que el coche sigue siendo una opción deseable para los ciudadanos pero que, ante la incertidumbre, optan por vehículos más viejos y contaminantes que suplen sus necesidades, pero perjudican los objetivos climáticos.”
Raúl Morales, director de comunicación de FACONAUTO, indica que “El desabastecimiento de vehículos por la crisis de los microprocesadores que está golpeando a la industria desde hace meses sigue explicando el nivel de matriculaciones tan bajo que registra el mercado automovilístico. En cualquier caso, sí estamos detectando que los clientes han interiorizado que tienen que esperar más de lo normal por su vehículo y se están animando a hacer su compra con normalidad, por lo que, ya en noviembre, el nivel de pedidos fue razonable. Se puede hablar, pues, de una mejora en la actividad comercial de los concesionarios que, de aquí a final de año, ha de ir a mejor impulsada también por los clientes que quieren evitar la subida del Impuesto de Matriculación que tendrá lugar el 1 de enero del año que viene.”
Según la directora de Comunicación de Ganvam, Tania Puche, “las matriculaciones continúan en caída libre en un contexto donde, básicamente, no hay oferta para atender la demanda por la crisis global de los chips. Esto provoca que las entregas de los pedidos que tramitan las redes de distribución se prolonguen hasta los seis u ocho meses de media. Ante esta situación, que no parece tener visos de mejora en el corto plazo, las previsiones apuntan a que 2021 será otro año negro para la automoción tras el zarpazo de la pandemia, con cifras de cierre por debajo de las 900.000 unidades”.