Desde el verano de 2022 San Sebastián vive con un colapso de tráfico que nunca tuvo, por mucho que nos digan que tan solo hay 20 días con dificultades o echen la culpa a los franceses que vienen a Zara.
Las principales razones, que no las únicas, de los “nuevos” colapsos son; un diseño de ciudad incompatible con la realidad, unos cambios de dirección de calles por las que literalmente no entra ni el transporte público (el carril bus de la Calle San Martín es más estrecho que los propios autobuses), la creación de puntos negros como el cruce de la fotografía o el de San Martín con Urbieta, donde el ciclo de los semáforos es claramente insuficiente. Pero lo que más llama la atención es la falta de agentes de movilidad, más de 100 que tiene la ciudad y que nunca o casi nunca están cuando más se les necesitan.
Para muestra un botón; ayer por la tarde, el cruce de Avenida, Easo, Urbieta, totalmente colapsado; peatones circulando entre los coches, vehículos y autobuses atascados y ni un solo agente de movilidad en pleno centro de la capital guipuzcoana. Pasado el punto negro, ningún problema de circulación. Lo uno y lo otro con el beneplácito de quienes han tomado estas decisiones el PNV y el PSE del Ayuntamiento de San Sebastián.
Nos contarán historias, tratarán de justificar lo imposible e incluso utilizarán los cambios de tráfico y las equivocadas decisiones para sus peleas electorales, pero la realidad es la que es. “A quien corresponda”.