Moverse por San Sebastián se ha convertido en un laberinto, entre las obras del propio ayuntamiento y las que está haciendo desde hace ocho años Euskal Trenbide Sarea (ETS) con la polémica pasante del Topo. La conocida descoordinación entre organismos hace que se produzcan situaciones que perjudican claramente a quienes cada día se mueven por San Sebastián, tanto andando como en vehículo. Si hace unos meses denunciábamos lo que nos contaban los vecinos de Zorroaga que les resultaba imposible llegar a sus casas por el cierre del acceso desde Anoeta, algo que dijo el Ayuntamiento desconocer, ahora hablamos de la rotonda de Morlans, situada justo frente a la sede de la Guardia Municipal, en obras desde antes del verano y con retraso en su ejecución.
La rotonda está situada en uno de los extremos de lo que alguna concejala generosamente llamó al vial Ibaeta-Aiete-Amara, un vial de “alta capacidad”, desde el inicio del curso escolar a las horas punta se forma una enorme cola de coches que colapsa la carretera de bajada al barrio de Amara, llegando las retenciones al resto de las rotondas lo que en la práctica produce un colapso en todo el vial de “alta capacidad” (en la actualidad una de las pocas rutas alternativas para no pasar por el infierno de circular por las calles del centro de San Sebastián) y lugar escogido, frecuentemente, para colocar el radar móvil de velocidad.
Quizá la obra resulte inevitable, pero lo que es evitable son los atascos diarios y lo que sorprende (cada vez menos) es que en semejante obra no haya agente de movilidad alguno regulando la zona, en ocasiones un obrero con una señal en la mano, hace lo que puede.
El colegio próximo también ha sufrido las obras y el patio no estaba practicable en el comienzo del curso, ahora ya tiene otro aspecto, eso sí con un ruido infernal y un acceso complicado.
Que no se haga el más mínimo esfuerzo por minimizar los atascos es una mala práctica a la que los donostiarras ya se van acostumbrando y que responde a una máxima “cuanto peor, mejor” en la ciudad con el impuesto de circulación más caro del estado