Como ya contamos en esta sección, el Ayuntamiento de San Sebastián está cambiado un tramo de la icónica barandilla de La Concha, llevan años haciéndolo, ya les queda menos. Esto obliga a desviar a los peatones al carril bici y a los ciclistas a circular con las bicicletas en la mano.
Las primeras semanas, estuvieron de forma permanente a falta de uno, dos agentes para controlar que se cumplieran las normas. A algunos nos pareció excesivo ver dos agentes como estatuas cuando a unos metros se producían las retenciones habituales, pero lo importante en esta ciudad, no es agilizar el tráfico como comprobamos a diario, en esto practican el “cuanto peor mejor”
Pasada la puesta en escena de los primeros días, los agentes desaparecieron y los ciclistas y patinetes, volvieron a sortear, algunos a gran velocidad, a los peatones que transitaban por este estrecho lugar. Nunca vimos un agente de movilidad preocupado por las infracciones y a diferencia de lo que hacen con los conductores, rara avis, lo de sancionar a los cientos de ciclistas que conducen con auriculares, por las aceras o por lugares por los que lo tienen expresamente prohibido como es el caso
Y porqué había dos agentes y no uno o tres, porque tras las agresiones que han sufrido en los últimos meses, la responsable de Movilidad anunció que en lugares conflictivos lo harían de dos en dos y este punto debe ser un punto peligroso. No es nada nuevo, ya lo decía “Donuts” en su campaña del año 1988 “De dos en dos” y en otras posteriores “Dos mejor que uno”.
Lo cierto es que los agentes, en este caso, solo uno, ha vuelto durante unas horas durante el puente de diciembre. Si realmente estuvieran ocupados y preocupados por este tipo de infracciones, al igual que hacen con el radar, no hace falta estar de cuerpo presente. Lo que hay tener es voluntad y decisión y en este asunto, no hay ni lo uno, ni lo otro, tan solo un aparente postureo para la foto del periódico, que ya salió por cierto.
