Aparcamiento disuasorio de Donostia; “No hay nada que robar”

FOTO RACVN

San Sebastián sigue debatiendo, que no haciendo, aparcamientos disuasorios, tan sólo hay uno en la ciudad y funciona algunos días de verano, sin embargo este aparcamiento ideado por el departamento de turismo que no de movilidad, sirve para que unos y otros saquen pecho como si fuera la solución a los graves problemas circulatorios que tiene la ciudad en gran medida creados en los últimos meses por el propio Ayuntamiento. Ayer domingo El Diario Vasco publicaba una entrevista con la nueva concejala Olatz Yarza (PNV) que venía a desmentir lo que en épocas recientes había manifestado en sentido contrario la anterior concejala y el propio alcalde, que las ZBE dependerán de parámetros medioambientales que no de diseño de ciudad, de eso de lo que llamaban hasta hace poco “almendra central”. Donde dije digo, digo Diego, menos mal que las hemerotecas, también la del RACVN dan fe los de los hechos y de las supuestas intenciones. Ya no se sabe nada (por suerte) del plan “Datorren Donostia” que contó hasta con campaña de publicidad y que recogía planteamientos contrarios a los manifestados por la nueva concejala, como que no atravesaría el centro ningún coche, ni ninguna moto que no fuera residente, ahora parece que las motos podrían ser amnistiadas y los vehículos se moverán en función de su grado de contaminación y lo mejor de todo es que la zona de bajas emisiones deberá ser dibujada por el departamento de ecología en manos del PSE, partido crítico -aunque no desde el primer día, como dicen-, con los cambios de direcciones de las calles y otras propuestas que se han manejado en San Sebastián. Cambio de direcciones que dan por amortizados, dando por bueno un desastre mayúsculo. Se ha pedido una moratoria porque dice que no han tenido tiempo de saber cual es realmente la zona a restringir. Muy probablemente con poner unas señales en la Parte Vieja, Donostia ya tendría resuelta la zona de bajas emisiones, en ese caso no se llamaría almendra, que le vamos a hacer, podría llamarse “pintxo central”, pero cumpliría con lo que Europa pide a las ciudades de más de 50.000 habitantes. Y entre tanto, por favor, un poco mas de vigilancia en el laureado aparcamiento disuasorio para que los coches no luzcan carteles como el de la fotografía. Si el cambio de concejala significa, aunque sea sibilinamente un cambio de los planteamientos pasados, démoslo por bueno. “A quien corresponda”