Lo que le faltaba a la Calle Urbieta de Donostia, principal vía de salida de la ciudad, era podar los árboles cuyas ramas llegan hasta los cuartos pisos, en hora punta, inutilizando el carril bus, por el que pasan más de 10 líneas. Hay cosas que son inevitables y ésta puede ser una de ellas, ahora bien lo que es absolutamente inadmisible, además de una desconsideración mayúscula tanto para el transporte público del que tantas veces hace gala el departamento de movilidad, como del privado, es que en semejante caos de tráfico previsible con situaciones de peligro evidente, no haya ni un sólo agente de movilidad, es más, como puede verse en la foto de J.M. el agente pasa de largo como si la situación fuera normal, en esa misma calle, unos metros más adelante y a la misma hora, dos agentes de movilidad paseaban por la acera, mirando los escaparates, o sea aquello de “no llegamos, estamos desbordados”, tampoco cuela . Que los coches sirven para recaudar, no hay duda y el transporte público para presumir de él, tampoco. Ahora bien, a la hora de ser responsables y operativos, alguien en el Ayuntamiento con sueldo, coche y chofer estará pensando aquello de “que se busquen la vida”. “A quien corresponda”