P.B. nos envía una foto de un autobús de Lurraldebus que se ve obligado ha hacer maniobras en el cruce de la Avda. de la Libertad con la Calle Urbieta, un nuevo punto negro generado tras los cambios de dirección de algunas calles. Las obras en un extremo de la Avenida obligan a algunos vehículos a maniobrar en un punto crítico. Esto ocurre en pleno debate (una vez más) entre Diputación y Ayuntamiento sobre la conveniencia o no de que los buses de la provincia entren al Centro de Donostia, entre calles estrechas en vez de aparcar en un lugar cómodo donde los viajeros podrían utilizar los autobuses urbanos y beneficiarse de sus transbordos gratuitos; viaje polémica que es como el Guadiana, va y viene, desde hace años, sin que a día de hoy se haya llegado a un consenso.
Pero este cruce no es el único lugar de la ciudad donde los autobuses tienen dificultades para moverse, sobre todo los de 18 metros y articulados. Cabe recordar que al cambiar de dirección la Calle Urbieta, el carril de transporte público es más estrecho que los propios autobuses, produciéndose a diario situaciones de peligro y un estrés añadido a los conductores del transporte urbano (tal y como ellos mismos lo han denunciado en reiteradas ocasiones en #AQC del RACVN). De hecho esta situación provoca la prohibición de giro de Urbieta a San Martín, que se cerró con la excusa de una obra a cuya finalización, sin explicación alguna se ha decidido mantener la prohibición. Lo de los autobuses en Donostia es como lo los trenes de Cantabria que no entran en los túneles. Eso sí, nadie asume las responsabilidades. “A quien corresponda”