Letreros luminosos apagados, roñosos y fuera de servicio desde hace más de una década.
Por increíble que parezca, desde hace años, no hay información en tiempo real sobre la ocupación de los aparcamientos de la ciudad, y sin embargo según ha manifestado el propio ayuntamiento, es la alta ocupación de los aparcamientos la que genera grandes atascos por culpa de los vehículos que buscan una plaza libre. Es difícil encontrar una población de mediano tamaño que no tenga activos los indicadores de aparcamiento, su ubicación y ocupación en tiempo real. Algunos conocemos bien las razones, pero eso daría para otro #AQC. En sustitución de los indicadores, hoy es el día en que con el dinero de todos, el ayuntamiento ha contratado una curiosa campaña publicitaria en los termómetros de la ciudad para informar de los aparcamientos disuasorios, alguno, por ahora con escaso uso (Igara), pero como campaña estática que es, tampoco informa de si los disuasorios tienen o no plazas libres. O sea el turista, entra, se pierde, busca y si hay suerte y ve el termómetro con el anuncio…. y luego le echan la culpa de colapsar, para aliviar, se han inventado los cortes que atascan los barrios para evitar atascar el centro. ¿El mundo al revés? . Quizá – pronto harán balance oficial del éxito de las medidas-.
Conviene no olvidar que los atascos, las molestias y las situaciones de peligro son infinitamente mayores desde que el departamento de Movilidad en manos del PNV con el beneplácito del propio alcalde, Eneko Goia, decidió cambiar el sentido de circulación de algunas calles.
Entre tanta situación incomprendida por la mayoría de la ciudadanía, la movilidad en San Sebastián se ha convertido en un rompecabezas en la que se está utilizando la normativa europea para evitar, a toda costa, que los vehículos entren al centro, en una ciudad con una calidad del aire envidiable y con escaso consenso de las decisiones, más allá de la mayoría de conveniencia del equipo de gobierno (PNV + PSE)
Es lo que tiene tomar desacertadas medidas a destiempo y no rectificar, a pesar de ser de listos, según dicen, equivocarse mucho sin embargo es de todo lo contrario. Todo es susceptible de empeorar. A quien corresponda.