Hace unos días, una pareja de turistas franceses trataban de sacar su ticket en la máquina de OTA situada en Miraconcha, en el acceso al Parque de Miramar de Donostia. La máquina funcionaba lenta, era imposible poner el idioma francés. Los visitantes tuvieron que pedir ayuda a otras personas conocedoras de la ciudad que comprobaron que la máquina no funcionaba correctamente, llamaron al teléfono de atención que figura en el poste y a los pocos minutos se presentó un coche con dos personas que ayudaron a los desesperados turistas. Las máquinas no siempre funcionan y aunque hay otras herramientas, como aplicaciones, no es de recibo, cobrar por aparcar y dedicar en ocasiones más tiempo tratando de adivinar si la placa solar ha hecho o no su función y si la máquina funciona bien, mal o regular que el tiempo que realmente aparcas, por cierto a tarifas elevadas. Además es demasiado complejo entender, comprender y acertar con el funcionamiento y las singularidades de cada lugar; zonas verdes, azules, zonas 15´, minutos gratuitos, etc. Y ante la duda, la sanción, cómo no. “A quien corresponda”