La llegada del aparcamiento regulado a nuevas zonas de Donostia ha producido cuando menos, situaciones curiosas . Desde hace décadas el Ayuntamiento de San Sebastián ha presumido de un aparcamiento disuasorio que no era tal, pero presumían de ello y lo cierto es que era un alivio para aparcar en la ciudad, sin entrar al Centro. Eso sí, rodeado de basura, gente extraña en el entorno, enormes goteras de los tableros de la variante y poca seguridad, por no decir ninguna. La nueva OTA de Loiola ha convertido la zona en estacionamiento de pago, quedando libres muchas plazas, durante muchas horas del día. En la actualidad Donostia, sólo dispone de un parking disuasorio con transporte gratuito al Centro y solo durante algunos días de verano, esta en Illumbe y convive eso sí, con acontecimientos deportivos y circos que en ocasiones colapsan la zona y lo hacen inviable, pero algo es algo. Cabe recordar que es un aparcamiento impulsado por la delegación de turismo y no la de movilidad como por otra parte parecería razonable. Entre los retos de la nueva corporación está la de crear aparcamientos disuasorios en condiciones, algo que prometieron en la legislatura anterior, y en la anterior de la anterior, pero no han movido un dedo. Ahora el alcalde de Donostia Eneko Goia (PNV) amenaza con cerrar el Centro de San Sebastián cuando los parkings se llenen, una medida que tampoco es nueva. En el fondo y en la forma el que está tomando las decisiones de movilidad en la ciudad, es el propio alcalde, o sus concejalas . Más le hubiera valido al Ayuntamiento mantener en condiciones los paneles de ocupación de plazas subterráneas, tener una fluida relación con los gestores de todos los aparcamientos de la ciudad y no amenazarles con quitarles la concesión; no han hecho ni lo uno ni lo otro y la culpa la tienen los turistas que llenan la ciudad, en busca de una plaza de parking. La movilidad en San Sebastián sigue siendo el mundo al revés. “A quien corresponda”