I.P. nos envía una fotografía de un agente de movilidad de Donostia, en aparente estado de relajación, en una apartada zona de la capital guipuzcoana, -no es la primera que recibimos-, justo en el momento en que el centro de la ciudad era un infierno, situación demasiado frecuente desde los últimos cambios de circulación. Cuando el ciudadano exige más control en los cruces, los responsables siempre dicen que carecen de recursos. Cabe preguntarse si los recursos que tiene la ciudad están bien gestionados y si hechos como el que hoy publicamos son aislados. “A quien corresponda”