Llegan las zonas de bajas emisiones, esas que por cierto ya tienen la mayor parte de nuestras ciudades, por ejemplo los cascos viejos y en la que algunos ayuntamientos se amparan para restringir la circulación, a pesar de no tener índices contaminantes preocupantes. Lo que se llama claramente una excusa.
El artículo 4, es muy claro en su punto 1, nos lo recuerda @DonostiSurfSnow. “La delimitación de la ZBE se realizará considerando el origen y destino de los desplazamientos sobre los que se ha considerado necesario intervenir, mediante el cambio modal o fomentando la reducción de los mismos, para lograr los objetivos del artículo 3.1 La delimitación prevista en el apartado anterior ha de diseñarse tratando de evitar una mayor concentración de los vehículos en las áreas adyacentes a las ZBE, de manera que, en ningún caso, se deteriore la calidad del aire o la calidad acústica de aquellas.
O sea que cortar algunas calles al tráfico y mandar los vehículos por la calle o el barrio de al lado, como está ocurriendo en muchas ciudades, San Sebastián entre otras, infringiría el aludido artículo 4, de la delimitación y diseño de las Zonas de Bajas Emisiones . Los ayuntamientos deberán ser cautelosos para evitar que este asunto se enrede en un futuro en altas instancias, “A quien corresponda”.