La pasada semana celebrábamos la llegada de una pequeña retroexcavadora al Paseo de La Concha y se situaba en la zona de obras, motivas por un registro en mal estado, situación que viene alargándose en el tiempo, meses y meses, quizá más de un año y que tiene inutilizado uno de los dos carriles de entrada a la ciudad, el del transporte público.
La máquina llegó, hizo un trabajo en la acera y se marchó. “Nuestro gozo en un pozo”, decía uno de nuestros seguidores. No sabemos si el trabajo de la máquina tiene o no alguna relación con la reparación de la arqueta metálica, pero lo cierto es que todo vuelve a estar igual, camino del libro guinness de los récords, nada nuevo por otra parte en San Sebastián, en los últimos tiempos.
Este es un primer plano de la famosa arqueta, donde poco a poco va creciendo la hierba. Son las pequeñas cosas relacionadas con la movilidad en San Sebastián, que nadie y casi nadie logra entender. Aunque con los líos que a partir de hoy se van a producir en Amara, en la rotonda situada frente al estadio, acceso a la zona deportiva, hospitales y el famoso parking disuasorio de quita y pon, lo de La Concha pasa a ser un tema minúsculo. La movilidad se complica cada vez más, la movilidad la complica cada vez más, el PNV de San Sebastián, en cuyas manos está esta materia desde hace varias legislaturas. “A quien corresponda”