Cualquier excusa resulta útil a nuestros ayuntamientos para quitar a los coches del medio. La peatonalización parece una cuestión inapelable, si no fuera porque en la práctica, gran parte de las calles que se peatonalizan se convierten en un parque temático de terrazas y más terrazas, con unos hosteleros encantados con la medida y con muchos vecinos no siempre contentos con el cambio que les dificulta llegar con su coche a casa, a descargar la compra por ejemplo y que sin embargo tienen que aguantar comportamientos incívicos de clientes habituales y cada vez más turistas.
Los casos son muy numerosos, por citar uno, el céntrico barrio de Gros, en San Sebastián, pero la tendencia sigue siendo la misma. En algunas calles se plantan árboles, quien va a estar en contra de la medida, si no fuera porque después nadie los cuida, ejemplo barrio de Egia, en otras se ponen frutales donde los peatones resbalan, se crean carriles bici que no van a ninguna parte y si hace falta se ponen bancos; todo vale para quitar los coches del medio, esos que recaudan, pero molestan.
San Sebastián tiene otras amenazas próximas, una a medio plazo la Plaza de Gipuzkoa, la más inmediata la calle Easo, en obras desde hace años por las molestas obras de la pasante ferroviaria, hecho que se ha aprovechado para anunciar que la calle de acceso directo al parking de La Concha, será solo para el transporte público, el proyecto recoge una ampliación de aceras, no dice nada que supuestamente se ocuparán por sillas y mesas de los numerosos bares de la zona, que ya tuvieron terrazas de madera, también a cambio de quitar sitio a la calzada, una medida de gracia del ayuntamiento para compensar las molestias (reales) de las insufribles obras, durante años en el Centro de San Sebastián.
Llegarán por lo tanto más dificultades para moverse en coche por San Sebastián pero a cambio habrás más terrazas donde tomarse una gilda o un gin tonic a altas horas, a costa de la tranquilidad de los resignados vecinos. A estos cambios hace un tiempo Goia, el alcalde, dijo que estábamos construyendo “la ciudad amable”, otros creen que se trata de “la ciudad más molesta e incómoda” A quien corresponda