
La imaginación a la hora de justificar los atascos que originan los propios ayuntamientos con la única intención de desincentivar el uso del vehículo particular, no tiene límite.
La última ocurrencia conocida, habrá más, se ha producido en San Sebastián la pasada semana, cuando la concejala de Movilidad, Olatz Yarza, del PNV trataba de justificar lo injustificable, argumentando a las críticas del PP por la situación generada tras la reforma de la antes rotonda, ahora cruce de caminos de la Plaza Aita Donostia del barrio de Amara.
“En los últimos días hay menos circulación porque los conductores han empezado a modificar sus recorridos desde origen” para evitar pasar por esa conflictiva plaza. Poco contenta con lo expuesto, enseñó varias fotografías sacadas en hora punta para desmentir la existencia de un “embudo”, en el Paseo de Errondo, donde, de dos carriles, se ha pasado a uno, para lo que se ha pintado una parada de taxis, en la que nunca hay ninguno y por si esto fuera poco dijo “La plaza está funcionando bien”,
Sra. Yarza, la plaza está funcionando mal. Las obras han sido largas molestas e innecesarias. Incentivar a los conductores a cambiar sus hábitos y recorridos, a realizar desplazamientos más largos y contaminantes, no es bueno para nadie; no es bueno para la ciudad, el medio ambiente, los vecinos, los trabajadores, la economía doméstica….para nadie, eso solo justifica el deseo constante e irrefrenable de tratar de conseguir por cualquier medio que la gente deje su coche en casa, algo que como ha quedado demostrado hoy por hoy es imposible y es en lo que se está empeñando su departamento desde hace años. El transporte público no soluciona todos los desplazamientos de todas las personas a todas las horas del día o de la noche.
Es cierto que tras el hartazgo, el monumental enfado y las horas perdidas en los interminables atascos de la Plaza Aita Donostia y su entorno hasta que tras varias semanas alguien dio la orden de modificar los tiempos de los semáforos, el tráfico es menor. Quienes usaban ese itinerario desde hace décadas, entendían que era el mejor. Ahora no les queda otra que utilizar “el peor”, el más largo , para que Vd. pueda justificar que la plaza ha quedado redonda. Ahora es más cuadrada que redonda, tan real como el Impuesto de Circulación que acabamos de pagar los donostiarras, un año más; el más caro de España. Según la inteligencia artificial un 40% más que la media nacional, debe ser proporcional a los recorridos más largos a los que nos vemos obligados a hacer para evitar los atascos que el propio recaudador genera. A quien corresponda.