El pasado sábado 30 de Noviembre, San Sebastián repitió el espectáculo de inicio de Navidad, celebrado en La Concha el día anterior con gran éxito, lo que provocó una multitud de personas hacia las calles del Centro. La ciudad literalmente se colapsó, las calles desde que cambiaron el sentido de sus direcciones son incapaces de absorber el tráfico diario como para responder satisfactoriamente a situaciones de cortes de tráfico como el del pasado sábado
El corte, ni previsto ni anunciado de la calle Zubieta, obligó a desviar todo el tráfico, privado y del servicio público por la calle Arrasate, que por sus características y dimensiones resulta una locura, un dispararte y resultó un auténtico desastre, un caos. Las paradas provisionales de los autobuses del inicio de la calle Urbieta, tuvieron que ser trasladadas al número 20 y 32, porque el giro de Zubieta estaba cortado y el giro de Arrasate evita los primeros números. ¿Cómo lo hicieron?. Un empleado de Dbus con un walkie talkie en la mano y a grito pelado enviaba a los pasajeros del número 6 al 20
Al número 20 de la calle Urbieta corrían los usuarios de las líneas 16 y 18 y se encontraban con los de la 5, 25, 33, entre otras, además de servicios de Lurraldebus. Cuando la situación del tráfico parecía más amable se abrió al tráfico la calle Zubieta lo que permitió, parar nuevamente algunas líneas en el número 6 de la calle Urbieta, sin que se avisara a los que esperan en número 20. Algunos autobuses, como los de la 16, tardaron en pasar más de una hora y algunas personas perdieron el bus al tener que retroceder del número 20 al 6. “Esto es como un circo cómico” decía una señora entrada en años que decidió, ante tal caos, cambiar de línea de bus. Los coches de bebé no podían subir, ni bajar, tampoco las sillas de ruedas y personas con movilidad reducida.
Algunos pasajeros llegaron a su casa antes andando que en autobús. La entrada a San Sebastián por el río, también estuvo colapsada y el bloqueo de la ciudad fue una realidad que afecto a miles de personas, no solo a quienes optaron por utilizar su coche, llenando los parking del Centro. Esta vez, no tuvieron la ocurrencia de cortar el acceso al Centro, algo que como se ha demostrado tampoco soluciona el problema. ¿Cuál es el problema?. Sencillo, fácil de entender, han cambiado el sentido de algunas calles y han convertido la ciudad en una ciudad imposible para utilizar el coche afectando gravemente también al transporte público. Los taxistas están que se suben por las paredes, los conductores de Dbus, como el pasado sábado pidiendo disculpas, como si la culpa fuera de ellos. La movilidad en San Sebastián es un caos, en ese desastre llevan trabajando tiempo. “Una vergüenza”. A quien corresponda.