Después de quince meses desde que se hicieran los cambios de dirección de algunas calles céntricas de la ciudad, el departamento de movilidad ha creído que la Calle Marina que comunica San Bartolomé con Zubieta, atravesando San Martín, hay que cambiar su sentido “para agilizar” el tráfico y dar facilidades a los usuarios de los aparcamientos de la zona y de la carga y descarga- Lástima que eso mismo no piense con el sentido de los dos principales cambios; San Martín y Zubieta, la que era de entrada ahora es de salida y viceversa. Este cambio supone reconocer que durante 15 meses, más de 450 días, los vecinos han tenido innecesariamente mayores dificultades para llegar a su casa
Esto también demuestra, una vez más, la poca planificación de cosas tan importantes como cambiar con sentido y sin él, el sentido de las calles . Lo que por ahora sabemos es que los cambios realizados han supuesto atascos monumentales donde no los había, que los recorridos son más largos, que se contamina más, que los autobuses no cumplen con sus frecuencias hasta el punto de tener que cambiar recorridos y paradas y que ningún usuario está contento con ellos.
No es el primer cambio del cambio, recordemos que el aparcamiento de motos situado al inicio de la Avenida de la Libertad hubo que rehacerlo. Sabemos lo que sabemos lo que realmente no sabemos es qué pretende el Ayuntamiento con estos cambios, porque el discurso de que era la primera piedra para la implantación de las ZBE es papel mojado después de conocer que la zona ZBE está sin diseñar y es ahora Garmendia la concejala de ecología la que deberá hacerlo. (La concejala se enteró el pasado domingo por el periódico de esta novedosa propuesta)
Tampoco sabemos los millones de euros que llevamos enterrados en este Monopoly en el que han convertido el tráfico en el centro de la ciudad, pero si las obras de la Calle Marina son “para agilizar el tráfico”, el fin justifica los medios. “A quien corresponda”