Es lo que tiene empeñarse en hacer posible lo imposible. Frente a La Concha, en San Sebastián, el cruce entre la Avenida de La Libertad y la famosa (en términos de movilidad) calle Urbieta, el Ayuntamiento desde el pasado verano, generó otro punto negro inexistente hasta la fecha, donde la confusa señalización, un aparcamiento de motos que hubo que rehacerlo, la estrechez de los carriles y la salida del Parking de La Concha al carril bus, en curva, con semáforo y en 180 grados, hacen del lugar un entrañable punto de contemplación, si no fuera por la peligrosidad del cruce (el RACVN ya lo denunció en su momento) donde ya se han producido numerosas colisiones y donde día sí y día también los bordillos y las rejillas de ventilación del aparcamiento subterráneo saltan por los aires. “A quien corresponda”