
De cuando en cuando y solo cuando la ciudad está a reventar, Movilidad suele presumir del aparcamiento disuasorio de Illumbe, a las afueras de San Sebastián, la última vez que lo hizo fue en verano. Ellos califican de éxito lo que todos sabemos es un despropósito.
Un verdadero aparcamiento disuasorio, es grande, no se cierra cada vez que hay un evento, está vigilado y bien anunciado y comunicado con el centro de la ciudad. El “disuasorio” de Illumbe, no cumple ninguna de esas condiciones, porque hasta el autobús que funciona unos pocos días al año, apenas dos meses, pasó a ser de pago desde que se hizo cargo la concejalía de Movilidad, hasta entonces cuando lo llevaba Turismo, era gratuito. Ahora que la concejala Yarza, ha sido premiada por el nuevo alcalde -tiene motivos, se ha quedado a dos nuevos atascos para ser alcaldesa, eso sí por movimientos internos, en las urnas hubiera sido otra cosa- y además de Movilidad, va a gestionar Turismo, no parece que cambien mucho las cosas.
Lo cierto es que ese sitio en el que aparcan algunos coches y que no tiene la categoría de “disuasorio”, es el lugar elegido a diario por los cacos que a diferencia del autobús lanzadera, trabajan todos los días.
A escasos metros del “disuasorio”, hay un aparcamiento vacío, fruto de las gestiones realizadas entre Osakidetza y el ayuntamiento con el fin de paliar el inmenso problema que históricamente tiene San Sebastián en la cercana zona hospitalaria. Ha sido tan desastrosa la idea que está siempre vacío. (No era de extrañar), pero paradójicamente está limpio, iluminado y video vigilado. El de al lado, no, no lo vigila nadie y no hay día en que no haya que lamentar algún disgusto.

El penúltimo, el del vehículo de la fotografía, unos ciudadanos polacos que decidieron aparcar cómodamente en el “disuasorio”.
La política de aparcamientos de la ciudad no puede ser más desastrosa. La mayoría están en el centro, mediante concesión administrativa, a los que en ocasiones, el ayuntamiento ningunea. Unos aparcamientos que a fecha de hoy no tienen señalización dinámica y por lo tanto nunca se sabe cuántas plazas están libres, incluso en momentos puntuales, habiendo plazas libres, prohíben la entrada de vehículos, como ocurrió este verano y lo contó #AQC del RACVN con todos los detalles y fotografías, los disuasorios de Donostia están en los debates electorales, pero no en la práctica. A voluntad “0”, desastre asegurado. A quien corresponda