
Hace unos días #AQC del RACVN publicaba un artículo con el título “Coches en dirección contraria y otras confusiones frente a La Concha”, las obras continúan y la situación ni ha mejorado ni nadie se ha preocupado de que esto ocurriera, por eso uno de nuestros redactores decidió pasar varias horas en el lugar, lo hizo el pasado martes; tarde lluviosa y algo ventosa, algo habitual en la “esquina del Hotel de Londres”, con gorro, bien abrigado y gran paragüas, nuestro paciente redactor comprobó que el carril de obras tenía la señalización tirada en el suelo. Cabe recordar que es la una curva, entrada y salida del parking de La Concha, por lo que quien no conoce el lugar, frena y no sabe si tirar a un lado o a otro y con este nivel de señalización la situación evidentemente se agrava , como pudimos comprobar a lo largo de varias horas.

En toda la tarde, eran ya cerca de las ocho, habían pasado más de dos horas desde nuestra primera fotografía, nadie tuvo a bien poner las vallas en su sitio; siguió lloviendo pero con mucho menos viento, a pesar que durante ese tiempo se vieron agentes de movilidad por las inmediaciones, ninguno tuvo la iniciativa de recolocar la señalización.
La seguridad vial en situaciones como la descrita está en peligro, la confusión es tal que algunos vehículos confunden la salida del parking con el entrada y acceden por la rampa de salida encontrándose a otros vehículos de frente
UN VEHÍCULO DE MOVILIDAD A BOCINAZOS CON EL RESTO DE CONDUCTORES (ver el vídeo con volumen)
El colmo es cuando en una de esas confusas retenciones aparece un vehículo de movilidad a bocinazos con los coches que tratan de situarse en el confuso cruce. El “entrañable” momento también fue captado por nuestras cámaras que seguían de guardia. No solo no paró y se bajó a colocar las vallas en su sitio, sino que la emprendió a bocinazos con otros coches, alguno de los cuales, posteriormente le hizo señales con sus luces, cuando llegando a la Avenida de la Libertad, el vehículo oficial puede seguir recto, cosa que no pueden hacer el resto de los mortales.

Finalmente, un vehículo con dos agentes de movilidad, pararon, se bajaron del coche y colocaron las vallas. El agente que saludó cordialmente a nuestro redactor quien le informó que llevaba la valla en el suelo toda la tarde, le dijo “no nos estamos tocando la vaina”. La movilidad en San Sebastián es un desastre, le pese a quien le pese y los responsables técnicos y políticos que tanto les molesta algunas publicaciones, debieran saberlo y sobre todo tomar medidas para que la ciudad amable, vuelva a serlo. A quien corresponda.