
ANFAC considera que la propuesta de la Comisión Europea en su Paquete Automovilístico, presentada ayer en Bruselas, permite compaginar de modo más eficaz la necesidad de reducción de emisiones de CO₂ con el mantenimiento de la competitividad y el empleo en Europa, al tiempo que reafirma la ambición climática del sector y del continente.
Tras el paquete de medidas anunciado por la Comisión Europea, ANFAC remarca que, tal y como se había alertado desde el propio sector, tanto ACEA como los principales fabricantes europeos, la Unión Europea no se había dotado de las herramientas ni de las políticas necesarias para hacer posible los objetivos fijados en 2021 en el marco de la iniciativa Fit for 55. En ese escenario, el esfuerzo aislado de los fabricantes europeos, en un marco de creciente complejidad comercial internacional, y sustentado principalmente en una política basada en multas, corría el riesgo de acabar penalizando el empleo y la competitividad europeas y, eventualmente, el cumplimiento de los objetivos climáticos. El informe Draghi describió claramente esta situación, y de ahí el énfasis que otorga en su análisis al sector de la automoción europea, y a la necesidad de diseñar un nuevo escenario en el que la política medioambiental se viera acompañada de objetivos industriales y de competitividad.
Desde ANFAC también valoramos positivamente que el paquete de medidas presentado por la Comisión Europea vaya más allá de las medidas relativas al cumplimiento de emisiones de CO2, al incluir aspectos importantes de simplificación regulatoria o de regulación de flotas públicas.
Tanto para la UE como para ANFAC la dirección es clara y la electrificación seguirá siendo la tecnología dominante. Pero al mismo tiempo se otorga más relevancia a la neutralidad tecnológica y se proponen flexibilidades solicitadas por la industria y por numerosos países europeos (como es el caso de España en la regulación diferenciada entre comerciales y turismos o la puesta en marcha de un enfoque específico para vehículos eléctricos y pequeños, por ejemplo).
ANFAC insiste en que los objetivos europeos y españoles solo serán alcanzables si se implementan medidas y herramientas concretas que acompañen a la regulación: incentivos eficaces a la demanda, marcos fiscales adecuados, despliegue acelerado de infraestructura de recarga y mecanismos de flexibilidad que aporten margen a los fabricantes.
La propuesta de la Comisión es un primer paso necesario, si bien habrá que analizar en detalle su contenido y, eventualmente, esperar a la negociación con el Parlamento y Consejo. Entre los aspectos importantes en los que habrá que avanzar en los próximos meses está una mayor concreción en las flexibilidades cara a 2030, o la necesidad de avanzar la revisión del marco que afecta a los vehículos industriales y pesados en la UE, entre otros. La propuesta de reforma de regulación de flotas corporativas, por otro lado, debiera orientarse a un enfoque más basado en mecanismos incentivadores.
En el caso de España, las medidas necesarias a nivel nacional están ya recogidas en el Plan España Auto 2030, que fija una Hoja de Ruta consensuada para cumplir con los objetivos europeos. Los cambios que introduzca ahora la regulación europea pueden ayudar a cumplir los objetivos de Plan, al tiempo que los ratifican como necesarios. Es por lo que ANFAC considera que España debe mantener esa urgencia de acción, y de ahí la importancia de que el mecanismo de seguimiento del Plan se convoque ya en el primer trimestre del año.
Tras la propuesta realizada por la Comisión Europea queda claro que Europa y España seguirán liderando en ambición la descarbonización de la movilidad y del transporte por carretera en el mundo. Es evidente que quedarán temas a concretar y debatir, pero el escenario de unir sostenibilidad con competitividad está ahora más cercano.
Fuente: Nota de prensa ANFAC


