Félix García, director de comunicación y marketing de ANFAC, explicó que “el mercado de turismos y todoterrenos sigue sin alcanzar cifras positivas. Un mes como julio, que históricamente solía mostrar un buen comportamiento, ha cerrado con una significativa caída. La mala situación económica que ya estaba suponiendo un importante condicionante para la decisión de compra de los usuarios, se ha agravado con la fuerte subida de la inflación y de los precios energéticos, así como la incertidumbre del consumidor ante algunos mensajes contrarios al uso de vehículos privados. A lo que hay que sumar que, a pesar de la leve recuperación de la producción de vehículos, la escasez de microchips todavía está suponiendo retrasos en las entregas de vehículos ya pedidos en los concesionarios. Estos factores están provocando que los usuarios retrasen su adquisición u opten por un vehículo de ocasión. Esto último es especialmente significativo ya que hasta el mes de julio se han vendido casi las mismas unidades de turismos de más de 15 años que de vehículos nuevos. Una situación que ni supone un beneficio para la Seguridad Vial, ni contribuye al necesario proceso de descarbonización del anticuado parque de automóviles español”.
Raúl Morales, director de comunicación de FACONAUTO, indicaba que “tradicionalmente, julio era uno de los mejores meses del año para el automóvil porque las familias programaban la adquisición de su coche nuevo antes de las vacaciones y las empresas alquiladoras de vehículos reforzaban sus flotas de cara a la campaña de verano. Estas situaciones no se han producido este año, y de ahí la caída no solo en las matriculaciones sino también en los pedidos. De esta manera, el mercado sigue deprimido, más de un 30% por debajo de las cifras de 2019, y con los mismos achaques de los últimos meses, principalmente la falta de stock y sobre todo la incertidumbre que sienten los compradores, que además se tienen que enfrentar a un claro encarecimiento de los vehículos, del 6% de media en lo que va de año, y ahora a una subida del precio del dinero, lo que aleja cada vez más a la familia media española de la posibilidad de adquirir un coche nuevo”.
Según la directora de comunicación de GANVAM, Tania Puche, destacó “nos tenemos que ir a 2012 para ver un mes de julio con un volumen de registros más bajo, lo que nos devuelve a cifras de la crisis económica de entonces. Si bien julio era tradicionalmente de los mejores meses del año en ventas porque el comprador aprovechaba para rodar el coche en vacaciones, nos encontramos ahora con que las compras de particulares ahondan en su caída en un contexto en el que, a la falta de vehículos en los puntos de venta por la crisis de chips, se le suma una inflación desbocada que merma cada vez más la capacidad adquisitiva de las familias y que lastrará el ritmo de recuperación del mercado en los próximos meses”.
Fuente: Nota de prensa ANFAC, FACONAUTO y GANVAM