Rafa Marrodán. ¿Cuál fue tu mayor motivación para iniciarte en este deporte?
Ander Vilariño. Ver correr a mi padre [explica, tajante]. Iba a verle a sus carreras, tanto en España como en Europa, y de vuelta a casa jugaba con cochecitos, soñando con ser piloto, como él.
R.M. De aquellos sueños iniciales a leyenda de la NASCAR…
A.V. He tenido suerte de ganar carreras en todas las disciplinas en las que he competido, he ganado campeonatos (siete europeos, dos en España…) y siempre he trabajado duro. Tal vez he sabido estar en el momento oportuno en el lugar oportuno, pero siempre con el apoyo de la familia. Me siento muy orgulloso de mi carrera deportiva.
R.M. ELF, Fórmula Renault fueron tu gran paso adelante.
A.V. Fue mi madre la que me dijo que debía presentarme al proceso de selección, con pilotos de todo el mundo. En España fuimos un catalán, Alex Costa, y yo mismo los seleccionados para disputar la Fórmula Renault Campus (luego, Fórmula Renault). Tras un año prácticamente en blanco por mi grave accidente en Nogaro y con la técnica de pilotaje en circuitos aprendida, dimos el gran salto.
R.M. El grave accidente de Nogaro te marcó.
A.V. Sin duda, fue muy duro y tuve mucha suerte porque un poco más y no lo cuento. Cuestión de pocos centímetros… Salvé las piernas y la vida. Llegué a Montmeló tras la convalecencia e hice cuarto, porque es un circuito que me gusta mucho, pero sufrí. Fíjate, en Nogaro he llegado a ganar siete veces tras el accidente, pero lo pasé mal.
R.M. ¿Qué te faltó para ser el primer piloto vasco en F1?
A.V. Uf, demasiado complicado. Casi ni me apetece hablar sobre ello. Deportivamente sé que lo hice bien, muy bien, pero en la F1 todo es muy complejo. En esa época no era un deporte de fácil acceso para pilotos españoles, dominaban otros, pero yo lo intenté y luché por ello peleando de tú a tú con pilotos de enorme talento, algunos procedentes de la misma F1. Lo intenté y me siento orgulloso de ello.
R.M. ¿Qué sabían de ti en Charlotte (EE.UU.) que nosotros no?
A.V. Nada especial. Yo conocía las 500 Millas, pero poco de la Formula Indy. Para ellos, la NASCAR lo es todo, es automovilismo de competición en estado puro, por encima, incluso, de la F1. Haber logrado esa estrella y ver mi nombre, junto a mi origen, inscrito por tres veces en ese muro no estaba ni en mis mejores sueños. Repito, es un verdadero orgullo. Llevé a mis hijos para que lo vieran.
R.M. El RACVN ayuda a crear un semillero de futuros pilotos mediante su apoyo al deporte del motor. ¿Qué opinas desde tus circuitos-escuela al respecto?
A.V. Sin duda, las instituciones que, como el RAC Vasco Navarro, apoyan al mundo del motor forman parte de esta selecta familia y siempre son bienvenidas. Nos complementamos, como nuestros dos circuitos (uno ‘indoor’ y uno ‘outdoor’ clásico), donde se viene para aprender y divertirse.