Juan I. Viedma. ¿Existen diferencias de género en el campo de la movilidad?
Francisco Paz. Hay que entender la movilidad como un derecho ciudadano de acceso a bienes y servicios, con finalidades no solo productivas sino también reproductivas (cuidados del hogar y de la familia), y derivadas de la socialización y del ocio. Este paradigma, si lo analizamos bajo la perspectiva de género, concluye importantes diferencias que necesitan tenerse en cuenta para evitar las desigualdades en el acceso a las oportunidades de la vida de la mujer en la ciudad.
J.I.V. ¿Qué cifras arroja la llamada “letalidad por sexos” y por qué?
F.P. Si desagregamos por género estadísticas como siniestralidad, infracciones, delitos contra la seguridad vial, accidentes laborales, compañías de seguros, análisis forenses de presencia de drogas… el balance objetivo permite concluir que la proporción de representatividad se mueve en torno al 75%-25%, con un balance siempre positivo para las mujeres.
J.I.V. ¿Qué diferencias apreciables existen entre mujeres y hombres en la conducción?
F.P. Conducimos como vivimos y como somos, por lo que las diferencias de roles entre hombres y mujeres se trasladan también al volante. Aunque al condicionante del sexo siempre le ganan la educación y la cultura de la seguridad vial, no es menos cierto que la mujer suele ser más prudente, menos agresiva, más responsable, menos competitiva, más solidaria con los vulnerables y menos infractora.
J.I.V. ¿Cómo valora el papel del RACVN en el Encuentro Ciudadano?
F.P. La movilidad necesita un cambio que afecta a todos los órdenes y en el que es necesario un debate social de alto nivel como el que facilita el RACVN en estas jornadas. La buena voluntad no es suficiente para arreglar problemas complejos y nuestros decisores necesitan un aval técnico y científico que fundamente sus políticas y estrategias. Así lo entiende el RACVN, y su compromiso social favorece estas acciones multiplicadoras.
