Manuel Pedreira Cárdenas, Fiscal delegado de Seguridad Vial de la Fiscalia Superior del Pais Vasco

“Habrá que distinguir entre velocidad excesiva y velocidad delictiva”

Manuel Pedreira Cárdenas, Fiscal Delegado de Seguridad Vial de la Fiscalía superior del País Vasco, reflexiona en esta entrevista sobre la relevancia actual de su cargo. Defiende que “hay que seguir poniendo el acento en la tolerancia cero a la ingesta de alcohol en la carretera”.

Juan Ignacio Viedma. ¿Cómo definiría su labor como fiscal delegado en materia de seguridad vial?

Manuel Pedreira. La tarea de los fiscales delegados es amplia. En lo cotidiano aportamos conocimientos especializados que persiguen una mayor eficacia en la respuesta penal. Mantenemos relaciones directas y fluidas con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Ertzaintza y policías locales, para asegurar una respuesta rápida y eficaz. Defendemos los derechos de los ciudadanos y el interés social poniendo el acento en la protección y atención a las víctimas y colectivos vulnerables. En definitiva, buscamos vías de coordinación y especialización. Como fiscal delegado tengo encomendada la coordinación con los responsables del departamento de Tráfico de Gobierno Vasco y Ertzaintza en materia de delitos y de prevención de la siniestralidad vial, así como la coordinación y relación con otras autoridades, entidades, organismos públicos y privados.

J.I.V. En 2016 se dictaron más de 55.000 penas de privación del derecho a conducir y más de 2.000 pérdidas definitivas del carné. Los tribunales españoles dictaron cerca de 28.000 penas de trabajos en beneficio de la comunidad. ¿Cuál es la situación en el País Vasco?

M.P. La tipología de las penas solicitadas e impuestas se basa en criterios de individualización conforme a las circunstancias del hecho y del sujeto. Lo importante es que la pena, sea privativa o no de libertad, consiga su finalidad esencial: reinsertar, rehabilitar, y lograr una reflexión adecuada sobre la conducta y sus consecuencias. En el año 2016, en los casos más graves, se solicitaron en Euskadi más de 520 penas privativas de libertad.

J.I.V. ¿Cuáles son los delitos contra el tráfico y la seguridad vial más habituales en nuestra zona de influencia?

M.P. La memoria relativa al ejercicio 2016 recoge en Euskadi un total de 4.467 procedimientos incoados por delito contra la seguridad vial, un 9,2% más que en el ejercicio anterior; 2.968 son por conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas y/o drogas (66,4% del total) y 1.118 por conducción sin permiso en sus distintas variantes penales (25,02% del total). Les siguen la creación de riesgos para el tráfico, la negativa a realizar las pruebas de alcohol y drogas y la conducción temeraria. Hay que seguir poniendo el acento en la tolerancia cero a la ingesta de alcohol. Cuando hay alcohol de por medio, incluso en tasas bajas, la conducción se ve necesariamente afecta-da. Todos debemos tomar conciencia: alcohol y volante no son una buena combinación. Es un deber social, ético y moral.

J.I.V. ¿Es cierto que resulta complicado castigar por vía penal a los conductores que conducen tras consumir drogas?

M.P. El problema principal se produce ante la falta de dispositivos salivares y su elevado coste. Por otro lado, la sanción penal solo se producirá cuando existe influencia acreditada de las drogas en la conducción. En otro caso, el ámbito de sanción será el administrativo.

J.I.V. Hablamos habitualmente de la velocidad excesiva de los conductores, pero este factor solo supuso el 1% de las sentencias sobre la materia del pasado año. ¿Está fallando algo?

M.P. Habrá que distinguir entre velocidad excesiva y velocidad delictiva. La velocidad siempre será excesiva cuando no se adecúe a las circunstancias del tráfico, la climatología y, por supuesto, cuando infrinja los límites establecidos. Frente al exceso de velocidad al volante existe inicialmente la sanción administrativa. Reservamos el delito para los casos más graves: la sanción penal debe ser el último recurso.

J.I.V. ¿Un reto en seguridad vial?

M.P. Que la “seguridad en las vías” sea un compromiso social compartido por todos.

J.I.V. ¿Cómo valora el papel del RAC Vasco Navarro en temas de seguridad vial y a la hora de ofrecer consejos para cumplir la legislación?

M.P. El RAC Vasco Navarro contribuye de forma decisiva a la necesaria transformación de la percepción social sobre la seguridad vial. Gracias a los esfuerzos que realiza, aporta formación e información; en definitiva, es una plataforma eficaz de prevención y fomento de la seguridad de las vías y sus usuarios.

Licenciado en Derecho por la UPV y Diploma postgrado en Criminología por el Instituto Vasco de Criminología, es fiscal de carrera desde el año 2000. Especialista en protección y reforma de menores, actualmente es fiscal delegado de seguridad vial de la Fiscalía superior del País Vasco.