Aromas de Provenza

Tierra de viñedos y campos de lavanda

Inmortalizada por los impresionistas y escogida como lugar de residencia de numerosos famosos en busca de intimidad, Provenza reúne el encanto rural del sur de Francia y el glamour de la cercana Costa Azul. El color añil, presente no sólo en los famosos campos de lavanda, sino también en los amplios ventanales de sus casas, es el gran protagonista de estas tierras.

Pasear por la campiña de la Provenza, entre tranquilos pueblos, extensiones de flores y colinas salpicadas de ovejas, es una experiencia de belleza y sensualidad en la que participan los cinco sentidos. Pero más allá de la paz rural, esta región cuenta también con importantes ciudades de interesantísimo patrimonio histórico y arquitectónico. Aviñón fue residencia de siete Papas de la Iglesia Católica durante el siglo XIV, tiempos en que la ciudad estaba gobernada por la monarquía siciliana. Paseando por su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, te asombrará el grandioso palacio Papal, incluso mayor que la románica catedral de Notre-Dame-des-Doms.

Al salir de Aviñón rumbo a Saint-Rémy-de-Provence entrarás de lleno en la más característica de las campiñas provenzales y comenzarás a disfrutar escenarios mil veces admirados. Las huellas que dejaron los pintores impresionistas se aprecian recorriendo los paisajes de las campiñas provenzales que inmortalizaron Cézanne y Van Gogh y en ciudades como Aix-en Provence y en Arlés. Esta última posee magníficos monumentos de su pasado romano, como el teatro o las Arenas, que aún en la actualidad es una de las mejores plazas de toros del sur de Francia.

Al viajar en coche por Provenza podrás apreciar la majestuosidad de varias poblaciones surgidas a los pies de sus castillos como Le Baux de Provence y Gordes, con sus característicos perfiles medievales recortados contra el azul del firmamento. Tan sólo hay que alejarse tres kilómetros de Gordes para acceder a uno de los paisajes más idílicos de la Provenza, el que conforma la abadía de Sénanque, rodeada de los característicoscampos de lavanda.

Y de los tranquilos y plácidos paisajes de campiña pasamos a los de la belleza extrema de las gargantas de Verdón, donde la fuerza del agua ha creado un paraje vertiginoso digno de admirar. Si quieres verlas de forma original, te recomendamos alquilar una piragua y contemplar sus altísimas paredes desde el agua.

Sugerencias para disfrutar de la ruta

• No dejes de cruzar el famoso puente de Aviñón, sobre el río Ródano, canturreando la famosa tonadilla infantil de Sur le pont d’Avignon on y danse, on y danse…
• La iglesia de San Trófimo, en Arlés, es un bello ejemplo del románico. Fue construida en el siglo XII y tiene una preciosa portalada.
• ¿Sabías que la roca bauxita fue bautizada con ese nombre porque fue descubierta en Baux-en-Provence en el siglo XIX por un geólogo francés?
• Al pasar por la Camarga, detente a admirar el vuelo de las aves acuáticas frente a las inmensas montañas de sal.
• Si visitas la Provenza a principios de verano, no dejes de pasear por los senderos que rodean los campos de lavanda para embriagarte de su aroma y su intenso color añil.
• Acude a algún mercadillo semanal y mézclate durante un rato con la población local para empaparte del ambiente de la Provenza.
• En Marsella regálate el paladar con una olla de mejillones y una buena bullabesa.
• Si a tu paso te encuentras con una feria rural, no dudes en acudir a los curiosos y divertidos concursos que se organizan.
• En el Museo de los Aromas de Saint-Rémy-de-Provence puedes aprender el arte de cultivar y secar flores. En la misma localidad se encuentra la casa de Nostradamus.
• También la animada ciudad de Marsella es un contrapunto interesante al bucólico recorrido por el interior de Provenza. Esta ciudad portuaria, cuya historia se funde con la del mar Mediterráneo, ha sabido acoger con los brazos abiertos a todos los que han acudido a ella en busca de nuevas oportunidades, convirtiéndose en el símbolo del multiculturalismo francés.

Carné de ruta

• En avión 
  Aviñón cuenta con aeropuerto. Otras opciones son volar a Montpellier, en la frontera con la Provenza, o Marsella.
• En coche 
  Irún-Aviñón: 653 km, vía Pau, Toulouse y Montpellier.
• Longitud de la Ruta 
  445 km.

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