Juan I. Viedma. ¿Cómo empezó en el mundo del fútbol?
Juan Luis Larrea. Empecé en el año 1981, animado por el entonces presidente de la Federación Guipuzcoana de Fútbol (FGF), Joseba Arzac, tras una intervención mía en una asamblea de compromisarios de la Real. Entonces, era director de la oficina del Banco de Vizcaya en Amara. Siempre me gustó el fútbol y en la temporada 1981-82 llegué como directivo a la FGF En 1987, tras la retirada de Joseba Arzac, fui elegido presidente de la Federación. Desde 1988 soy miembro de la Junta Directiva de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), donde ejerzo de tesorero desde entonces. También fui delegado de la selección absoluta de fútbol y he acompañado a “la Roja” en los Campeonatos del Mundo de Estados Unidos 1994, Francia 1998, Japón/Corea 2002, Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Bra-sil 2014, además de las Eurocopas de Inglaterra 1996, Bélgica/Holanda 2000, Portugal 2004, Austria-Suiza 2008, Polonia-Ucrania 2012 y Francia 2016.
J.I.V. ¿Se entablan muchas relaciones sociales en el fútbol?
J.L.L. He dedicado la mitad de mi vida -el 18 de febrero cumplí 65 años- a trabajar por el fútbol base: recibes muchas satisfacciones, te relaciones con gente muy interesante por su valor humano, predomina el voluntariado… Aunque la mayoría de la gente solo percibe el fútbol de Primera o Segunda División, la labor que realizan muchas personas para apoyar a los que empiezan es verdaderamente loable. Hay que mantener en marcha, como ocurre en Gipuzkoa, a varios equipos, incluidos femeninos, durante bastantes años y, normalmente, con el propio dinero; es decir, sin apoyos importantes.
J.I.V. ¿Hay tanta “lucha” en la Real Federación Española de Fútbol como nos llega a la gente?
J.L.L. No. Yo he pretendido, y creo que he conseguido, normalizar la casa con ayuda del personal más cercano a mí y los directivos. Tenía mucho conocimiento sobre ella y, pese a todo, no ha sido fácil. Hay que tener en cuenta que en todo colectivo, formado por muchas personas, suele ser bastante complicado que todos tengan opiniones parecidas y, lógicamente, también se dan apoyos a personas por diferentes razones. Creo que he conseguido que exista bastante estabilidad tras los últimos sucesos y la Federación sigue funcionando como debe, y se siguen haciendo las cosas. Como en todos los primeros momentos de cierta catarsis, hubo todo tipo de comentarios, incluso descalificaciones, pero por fin todo ha vuelto al cauce de la normalidad.
J.I.V. ¿No está un poco cansado de tanto viaje -España y extranjero- o de estancias fuera de Donostia?
J.L.L. Me gusta viajar, he disfrutado mucho con los éxitos de la selección, pero los años pesan y cada día que pasa estoy mejor en el ‘txoko’. Los viajes, aunque cómodos y bien preparados, cada vez son más exigentes pues tienes que conversar y entrevistarte con gentes y medios de comunicación del país, de la Federación y, como ya he señalado antes, el paso del tiempo se va notando cada vez más. Sí tengo que reconocer que, a pesar de éxitos o no tanto, el ambiente que se vive en la selección española de fútbol es excelente: aunque jueguen en equipos diferentes, son un grupo de amigos dispuestos a darlo todo para ganar.
J.I.V. ¿Cómo es su actual relación con Ángel María Villar?
J.L.L. De amistad. Espero no perderla nunca tras muchos años de mutua colaboración.
J.I.V. ¿Qué pasará en las elecciones a la presidencia a la RFEF del próximo 9 de abril? ¿Se prevé mucha lucha?
J.L.L. Serán disputadas, no me gusta la palabra “lucha”. Yo estoy en el fútbol para cultivar amistades y, si las gano, tenderé la mano a to-dos los que quieran trabajar por nuestro de-porte de una u otra manera. Entiendo que la visión que tenga la sociedad sea de “pelea” por estar en primera línea, pero las cosas no son tan virulentas. Se conversa y acuerda mucho más de lo que parece.
J.I.V ¿Cómo valora la labor del RAC Vasco Navarro hacia sus socios y con la sociedad en general?
J.L.L. Si no existiera, lo echaríamos en falta. Yo soy socio antiguo y siempre me han atendido excelentemente en tramitaciones de vehículos, seguros o asistencias, etc. Creo que presta un gran servicio a la sociedad.