Tradición, innovación y productos avalados con denominación de origen. Recorrer Cataluña conociendo su cocina tradicional, es una forma de acercarse a un destino que cuenta con espacios naturales protegidos, 580 km de costas y más de una docena de lugares incluidos en la lista del Patrimonio de la Humanidad. Desde las lonjas de pescado en las poblaciones costeras, hasta las queserías artesanales de los Pirineos, descubre algunas de las doce D.O de vino y cava con sus bodegas centenarias, el aceite y productos como los calçots de Valls, los embutidos de Osona, los caracoles de Lleida, la cocina volcánica de la Garrotxa y la de “mar i muntanya” del Empordà.
La gastronomía es un placer sensorial que entra por los ojos y el paladar. En Cataluña, además de 58 restaurantes reconocidos con estrellas Michelin, hay numerosos platos tradicionales, muchos de los cuales se acompañan de celebraciones y jornadas gastronómicas.
En esta ruta los manjares no se reducen a la tríada: vino, aceite y cereales, sino que además incluyen buenas dosis de pescado y marisco, todo tipo de frutas y hortalizas, además de carnes de ternera bien criada, cordero lechal y cerdo con sus múltiples derivados.
Y es que Cataluña ha posicionado su cocina entre una de las mejores del mundo. Esta circunstancia no debe extrañar. El territorio catalán reúne doce D.O. de vino y cava, cinco de aceite y numerosos productos con el distintivo de calidad protegida.
En la capital de Cataluña hace un tiempo que se ha puesto en marcha la posibilidad de comer en los renovados mercados municipales. En la Cataluña interior, hay que degustar el fuet, el espetec, la longaniza y las butifarras blancas y negras. El Empordà y la Costa Brava reúnen todos los alicientes que un viajero desea encontrar. Paisajes preservados, pueblos que conservan su vocación medieval y una cocina que, entre otras virtudes, mezcla los ingredientes del mar y del interior. Hay que probar la gamba roja de Palamós, cogerla con los dedos y chupar la cabeza para quedarse con todo su sabor. También los erizos de mar (garoines en catalán), el imprescindible suquet, cualquiera de las recetas de “mar i muntanya”, y las anchoas de la Escala con pan con tomate, se pueden disfrutar en esta tierra de sabores. Y para terminar nada mejor que un cremat de rom junto al mar….
La cocina más consistente de la Garrotxa, los caracoles en las comarcas leridanas, los calçots en el territorio de la Tarragona interior y el xató en las comarcas costeras entre Barcelona y Tarragona….. ¡Una verdadera fiesta!
Sugerencias para disfrutar de la ruta
En Barcelona visita alguna de las casas modernistas del Passeig de Gràcia y descubrirás un mundo sorprendente. Luego visita los mercados y prueba los productos en los restaurantes que hay en el interior. Te sorprenderá su gastronomía.
Paséate por la plaza Mayor de Vic, el Mercadal es una de las mayores plazas de Cataluña. Y si es martes o sábado te podrás perder por el popular mercado.
Ves hasta la lonja de Palamós a media tarde y mira el pescado que trae la flota de arrastre. Cigalas, rascasas, doradas, lubinas, meros, calamares y la apreciada gamba roja. Pruébala en alguno de los restaurantes. ¡Para chuparse los dedos!
La cocina de “mar i muntanya” es típica del Empordà. Hay que sentarse a la mesa y deleitarse con un pollo con cigalas o langosta. Y por la noche, el cremat de rom es la bebida más adecuada y más, si está acompañada de un concierto de habaneras.
En la Cerdanya, busca cual es el mejor restaurante para probar el trinxat, plato sencillo y contundente. Y de segundo, tiró amb naps (pato con nabos) o ternera guisada con setas. Ambos para mojar pan.
Si te gustan los quesos, Sort es tú destino, pero si te atreves con el rafting también. Y no te olvides de visitar el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. Su naturaleza te sorprenderá.
Los calçots ya han traspasado las fronteras de Cataluña, pero en la comarca del Alt Camp cuya capital es Valls tienes que probarlos, porque es aquí donde nació la tradición y se precian de cultivar los mejores. La calçotada es toda una fiesta que va más allá de la gastronomía.
Debes visitar alguna bodega y entre todas, te recomendamos Codorniu por el edificio modernista en el que se aloja. Y luego, hay que beber una copa del mejor cava.
Y si tienes tiempo, apúntate a alguna de las experiencias de enoturismo que te proponen en el Penedés. Descubrirás un mundo distinto de sensaciones y seguro que al final, degustarás un buen vino.
Carné de ruta
- En avión
- Aeropuerto internacional de Barcelona – El Plat (a 15 km del centro ciudad)
- En coche
- Barcelona está a unos 620 km de Madrid y Bilbao pasando por Zaragoza. De Sevilla a Barcelona son 995 km vía Córdoba, Manzanares y Valencia. Y 1.090 km separan La Coruña de Barcelona pasando por Burgos, Logroño y Zaragoza.
Mejor Época
- Todo el año.
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Textos cedidos por My Way Rutas en coche.