Tesoros de Alsacia

Naturaleza, arquitectura e historia en el corazón de Europa

En el corazón de Europa, la romántica Alsacia esconde tesoros naturales, arquitectónicos y culturales. Viñedos, castillos medievales y pueblos de patrimonio excepcional adornan una tierra verde entre la cordillera de los Vosgos y las aguas del Rin. Estrasburgo, la capital, es símbolo de reconciliación. En estas tierras se firmó la paz entre franceses y alemanes tras la Segunda Guerra Mundial.

Como toda región fronteriza, Alsacia ha sabido incorporar lo mejor del país vecino, por lo que tanto su extraordinario patrimonio arquitectónico como su gastronomía y su paisaje tienen un claro regusto germánico. La impronta de Alsacia durante la Edad Media se aprecia en el símbolo principal de la localidad de Obernai: una esbelta torre de sesenta metros de altura desde donde se oteaba el horizonte en busca de visitas no deseadas. A lo largo de sus ocho siglos de historia ha propagado el tañido de sus campanas por los verdes valles que la rodean.

Pero para alturas, los 140 metros de la aguja de la catedral de Notre-Dame, en Estrasburgo, sublime muestra del arte gótico alsaciano, armoniosamente rodeada de casas con entramados de madera. En esta ciudad se firmó el armisticio con Alemania y en la actualidad acoge la sede del Parlamento Europeo. Uno de sus barrios más hermosos es el de la Petite France, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, formado por idílicos canales y coquetos puentes.

Fuera de las ciudades, el campo se despliega en infinitas tonalidades de verde. Árboles majestuosos y ordenados campos de viñedos rodean localidades que parecen sacadas de un cuento de hadas, como Barr. Estas localidades de fachadas decoradas con vigas de madera y macetas rebosantes de flores invitan a pasear sin prisas por sus cascos antiguos.

Tampoco faltan los castillos estratégicamente elevados sobre el terreno, mudos testimonios del pasado del continente, entre los que el de Haut-Koenigsbourg es un soberbio ejemplo.

Los vinos de la región se encuentran entre los más prestigiosos y reconocidos a nivel internacional. En tu ruta en coche por Alsacia podrás visitar bodegas y poblaciones que llevan siglos dedicadas en cuerpo y alma a la elaboración de tan sofisticados caldos. Entre el valle del Rin y los Ballons des Vosges, Ribeauvillé, Riquewhir y Kaysesberg son tres pintorescos pueblos en los que sentarse a paladear un buen vino en un entorno encantador.

No hay suficientes adjetivos para describir Colmar, la capital vinícola de la región. Casas de madera, teja vieja y pizarra, canales que reflejan rojos racimos de flores y elegantes mansiones renacentistas crean una atmósfera de fantasía tal que al visitante no le extrañaría ver aparecer un duende por la esquina o un enanito bajo un puente.

Y de la sensualidad de la campiña a la precisión de la tecnología, pues en Mulhouse, la ciudad de las chimeneas, el principal interés son los museos dedicados a grandes inventos del pasado como el tren o el automóvil.

Sugerencias para disfrutar de la ruta

  • A las 12.30 del mediodía desfilan las figuras de los doce apóstoles en el reloj renacentista de la catedral de Estrasburgo. Es una hora estupenda para apreciar las vidrieras desde el interior, pues la luz se filtra por ellas creando preciosos arabescos.
  • Apúntate a una visita guiada en barco por los canales de Estrasburgo. Obtendrás una perspectiva diferente y un merecido descanso para tus pies.
  • ¿Sabías que la figura que corona la Casa de las Cabezas de Colmar es del escultor Frédéric Auguste Bartholdi, autor de la estatua de la Libertad de Nueva York e hijo ilustre de la ciudad?
  • No dejes de pasear por los canales de la Pequeña Venecia, el barrio con más encanto de Colmar.
  • Desde la torre de Mulhouse se divisan Francia, Alemania y Suiza; desde Los Vosgos hasta la Selva Negra.
  • La Ciudad del Automóvil de Mulhouse posee la mayor colección de coches del mundo. Entre muchísimas curiosidades destacan las berlinas de la Gestapo y varios bólidos de Fórmula 1 de los años 1960.
  • Las bonitas plazas de las ciudades y pueblos de Alsacia invitan a sentarse en una terraza para degustar sus admirados vinos y ver la vida local en movimiento.
  • Las winstubs son tabernas tradicionales, con alegres manteles de colores, en las que se pueden degustar platos típicos como el chucrut, el foie o la tarta flambeada al licor.

Carné de ruta

  • En avión 
    Aeropuertos de Estrasburgo o Mulhouse.
  • En coche 
    Irún-Estrasburgo: 1.200 km, vía Burdeos y Clermont-Ferrand.
  • Longitud de la Ruta 
    150 km.

Mejor Época

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Textos cedidos por My Way Rutas en coche.