J. Ignacio Viedma. Llevamos una época un tanto compleja… Usted estuvo confinado por el COVID-19, ¿cómo fue la experiencia?
Eneko Goia. Pues como todas las personas que han tenido que pasar por una experiencia similar… Fue algo frustrante, aunque afortunadamente no fue a mayores.
J.I.V. Se producen cambios continuos en la movilidad: las administraciones, tanto estatales como autonómicas y municipales, aplican constantemente cambios legales. ¿Se va demasiado rápido en esos cambios normativos que descolocan a los usuarios?
E.G. En Donostia llevamos tratando de adaptarnos a la nueva normativa decretada desde la Unión Europea. Teniendo en cuenta los cambios que se avecinaban, que iban encaminados a una reducción de la velocidad en las calles para dar más protagonismo al transporte público sostenible, así como a la bicicleta y al peatón, hemos ido creando diversas zonas 30 en los distintos barrios de la ciudad. Zonas en las que, además, hemos ido priorizando el estacionamiento de las personas residentes, ya que el objetivo es que las personas que vengan a nuestra ciudad lo hagan en transporte público, y quienes vengan en su vehículo particular traten de no colapsar el centro de la ciudad. Además, la necesidad de ganar espacios para el peatón con motivo de la distancia social a mantener debido a la crisis sanitaria también nos ha llevado a crear zonas 10 en las que el peatón pueda tomar la calzada o a realizar peatonalizaciones ‘soft’ en diferentes espacios. Ahora toca adaptarse al cambio de los límites de velocidad y hemos tratado de dar prioridad al transporte público, excepcionando muchas de las vías por las que transcurre.
J.I.V. El proyecto de reforma de los sentidos de calles en el centro de Donostia, que afecta a Zubieta, San Martín, Arrasate, Blas de Lezo y Triunfo, ya se ha aprobado. También ha dicho que “es una pieza más en el puzzle hacia la movilidad futura de la ciudad para hacer una Donostia mucho más amable para el peatón y la bicicleta, y este movimiento es clave para este engranaje”. ¿Puede explicar hasta qué punto es clave este cambio para la ciudad?
E.G. El cambio de sentido de las calles San Martín y Zubieta obedece a una forma de distribuir los tráficos de la ciudad de una manera que facilite tanto la entrada del transporte público desde la zona Oeste como la necesidad de distribuir mejor los tráficos de salida. La llegada del Topo al centro de la ciudad va a permitir ganar más espacios para el disfrute de las y los donostiarras. En pleno siglo XXI, en el que en la mayoría de las ciudades se está tratando de restringir la entrada de vehículos hasta los centros urbanos, no tiene sentido que la calle San Martín siga siendo la principal arteria de entrada o distribución de los tráficos que cruzan la ciudad de Oeste a Este. Además, es una zona en la que también viven donostiarras, que llevan años teniendo que convivir con los ruidos generados por un tráfico excesivo, que podría ir por otras vías sin la necesidad de molestar a las y los vecinos.
J.I.V. Ha señalado que los cambios de sentido de Zubieta y San Martín beneficiarán tanto al transporte público como a los accesos a los parkings y, además, eliminarán parte del tráfico de autobuses a la calle Easo, cuyas primeras manzanas llevan largo tiempo sufriendo incomodidades por la obra del Topo. ¿No podrán congestionarse otras vías de la ciudad?
E.G. Si nos concienciamos y hacemos un uso responsable del vehículo privado, no debería congestionarse ninguna otra vía. Es cuestión de modificar algo los hábitos, y no solo los propios, sino también el hecho de que queramos entrar con el coche hasta el mismo centro de una ciudad. Nadie dice que no se coja el coche para hacer un traslado o para ir a trabajar a un polígono industrial de la ciudad… Lo que se busca principalmente es que esos tráficos no vayan por el centro, sino que hagan los movimientos de cruce de la ciudad utilizando vías de más capacidad que se encuentran en la periferia, no están rodeadas de núcleo urbano y se hicieron para facilitar esos traslados, evitando congestionar el centro. Se trata de que al centro lleguen quienes residen allí, los servicios necesarios y el transporte público.
J.I.V. Han solicitado 1.036 millones de euros provenientes de la Unión Europea, de los cuales 276,3 son para infraestructura urbana, como la peatonalización de los paseos Eduardo Chillida y de la Concha, la distribución de última milla o la renovación de espacios urbanos. También 223,4 millones de euros para movilidad sostenible con el objetivo de la recuperación de espacios para el uso y disfrute del peatón y la bicicleta, el impulso de la movilidad eléctrica o la electrificación del transporte público. ¿Han pensado en el uso responsable del automóvil?
E.G. Los fondos provenientes del programa Next Generation de la Unión Europea están encaminados, entre otros, a financiar proyectos relacionados con la movilidad eléctrica, la transformación urbana hacia ciudades más amables con el peatón y menos generadoras de CO2, o proyectos de electrificación del transporte urbano. Difícilmente la Unión Europea entraría a financiar un proyecto en el que se incentive el uso del vehículo privado. Además, hay que tener en cuenta que esos proyectos tienen que contar también con financiación del Ayuntamiento; esto es, la Unión Europea no da dinero gratis, sino que lo da para proyectos que considera realizables en un tiempo de ejecución determinado y con objetivos claros que permitan transformar las ciudades para lograr que sean más sostenibles.
J.I.V. Donosti, a medio o largo plazo, ¿será una ciudad sin coches?
E.G. De lo que se trata es de reducir aquellos tráficos que no sean absolutamente imprescindibles, ofreciendo para ello un transporte público limpio y eficiente, tanto mediante la electrificación de la flota de autobuses municipales como utilizando el potencial que nos ofrecerán tanto el Topo como la línea de cercanías.
J.I.V. ¿Espera un verano más movido, a nivel de llegada de turistas a San Sebastián? Con las obras del metro, las peatonalizaciones, etc., ¿va a ser una ciudad ‘amable’ para los visitantes? ¿Se les va a ofrecer soluciones?
E.G. Desde luego que este verano va a ser un verano algo más movido que el anterior, en el que las restricciones de movilidad derivadas de la situación generada por la pandemia hicieron caer en picado las visitas. Este año seguro tendremos más visitantes, que pueden llegar por diferentes vías. Visitantes que pueden optar por la opción más cómoda –esto es, venir en transporte público– o por llegar en transporte privado y tratar de dejarlo en aparcamientos periféricos para luego aproximarse al centro y disfrutar de nuestra ciudad en transporte público. Las nuevas peatonalizaciones van a posibilitar a quienes nos visiten poder disfrutar mucho más de nuestra ciudad.
J.I.V. En 2015, al preguntarle sobre el papel que realiza el RAC Vasco Navarro en los temas de movilidad de la ciudad, señaló: “Espero que el RACVN participe como entidad referente y de larga trayectoria en toda esta labor de sensibilización social”. ¿Mantiene la misma opinión sobre la labor del Club?
E.G. Sigo pensando que el RAC Vasco Navarro es un agente activo de nuestra ciudad, y es un interlocutor válido para muchas cuestiones que afectan a la movilidad. Al Ayuntamiento le toca conciliar intereses y peticiones de los diferentes colectivos, primando siempre el interés general.