Noemi Navas, directora de Comunicación de ANFAC, explico que “los datos de enero están muy afectados por la falta de stock por la crisis de los microchips, pero también por la crisis económica derivada de la pandemia que no se acaba de resolver. La situación coyuntural es mala pero lo cierto es que se pueden tomar iniciativas para no profundizar en la crisis. Una mayor presión fiscal sobre la renovación complica la situación, retrae al consumidor y penaliza la descarbonización. No podemos considerar que estas cifras son adecuadas para el sector en España porque están lejos de ser el mercado fuerte que nos corresponde. De este modo, la industria se está debilitando y no solo no puede contribuir a la recuperación de la economía, sino que corre el riesgo de perder la relevante posición que ostenta en términos de PIB y empleo de calidad en España”
Raúl Morales, director de comunicación de FACONAUTO, indicaba que “el cambio de año no ha supuesto un cambio de tendencia en las matriculaciones, que se han reducido a la mínima expresión, hasta casi la mitad de las que se registraban antes de la pandemia. La crisis de los microchips no se regulariza y es la situación que más está marcando el presente del mercado. Es cierto que sí notamos una tímida mejora en la actividad comercial de los concesionarios, pero también percibimos que hay clientes que no terminan de ver clara la recuperación de su economía doméstica, por lo que la opción de adquirir un vehículo, en muchos casos, queda postergada. Los datos de enero confirman que la automoción se está quedando fuera, de momento, de la recuperación general que sí están protagonizando otros sectores y a la que nosotros deberíamos sumarnos, pero el motor de esa contribución son las ventas: si no se venden coches, una parte muy importante de la actividad económica del país también se está viendo frenada. Hay que recuperar cuanto antes el mercado”
Según la directora de Comunicación de GANVAM, Tania Puche, “el hecho de que la comparativa con el mismo mes del año anterior sea positiva no debe hacernos perder de vista que los efectos de la pandemia y la crisis de los microchips continúan haciendo estragos en las ventas. Por segundo año consecutivo, arrancamos el ejercicio por debajo de las 50.000 unidades, que es la mitad del volumen de matriculaciones mensuales que le corresponde a nuestro mercado por nivel de motorización, población y renta per cápita. Teniendo en cuenta que los próximos meses van a seguir marcados por la escasez de semiconductores y las alteraciones en la cadena de suministro, a 2022 podemos calificarlo como año de transición porque no será hasta 2023 cuando, en principio, superemos la barrera del millón de unidades matriculadas”.
Fuente: Nota de prensa ANFAC