Castillos y Cuentos de Hadas

Un viaje de ensueño por las cumbres de los Alpes

La región más visitada de Alemania lo tiene todo. Mientras el arte se concentra en Munich, la capital, el sur es sencillamente fantástico. Enclavados en la grandiosa y montañosa escenografía de los Alpes bávaros, los castillos del Rey Loco, de fama mundial y los hermosos pueblos que serpentean sus idílicos paisajes, son pura leyenda. Innsbruck aporta la visión austriaca de estas tierras inigualables. Fascinante ruta saturada de encanto, opulencia y romanticismo.

Durante la segunda mitad del siglo XIX el rey Luis II de Baviera, más conocido por sus artísticas excentricidades como el rey loco, mandó construir una serie de fantásticos castillos de estilo historicista que parecen sacados del más romántico de los cuentos. Encumbrados sobre escarpados promontorios y rodeados de idílicos paisajes alpinos,Linderhof, Hohenschwangau, Neuschwanstein y Herrenchiemsee, dominan el paisaje bávaro.

Las llamativas huellas de este rey, que fue acérrimo admirador de Richard Wagner y gran amigo de su prima, la emperatriz Sissi, marcan esta idílicaruta en coche por BavieraMúnich, su capital, es la ciudad más próspera del sur del país y sede de numerosas multinacionales. Entre sus atractivos se cuentan el edificio neogótico del Ayuntamiento, con un espléndido carillón; la catedral de Nuestra Señora, cuyas altas torres marcan el perfil de la localidad, y la iglesia más antigua de la ciudad, la Peterskirche, desde cuyo mirador tendrás unas estupendas vistas. Que Múnich sea la primera etapa de este viaje no es casualidad, pues a veinte minutos del centro se halla el lugar de nacimiento de Luis II. El Scholss Nymphenburg es uno de los mayores palacios de Europa: un complejo de tres alas y edificios repartidos entre canales y jardines barrocos.

Hacia el sureste se encuentra el bello lago de Chiemsee, en el que Luis II de Baviera ordenó construir, poco antes de su muerte, el castillo de Herrenchiemsee. Esta elegante construcción, rodeada de jardines con cuidados laberintos y fuentes profusamente decoradas, sigue los cánones del palacio de Versalles y está ubicada en una isla del lago.

La ruta continúa por los excepcionales paisajes del Parque Nacional de Berchtesgaden, que forman parte Reserva de la Biosfera de Berchtesgaden, y se adentra en territorio austriaco para visitar Innsbruck, la capital del Tirol. Rodeada por altas montañas que rondan los 2.400 metros de altura y con un soberbio palacio Imperial, esta ciudad te trasladará a los tiempos de esplendor del emperador Maximiliano I de Austria. Dentro del Parque Nacional de Berchtesgaden se encuentra el hermoso lago Königssee, protegido en su flanco occidental por el monte Watzmann, la tercera montaña más alta de Alemania.

La más alta de las cumbres alemanas, con 2.962 metros de altura, es el Zugspitze, en Garmisch-Partenkirchen, al que se puede acceder en teleférico, y que junto con el itinerario por las gargantas de Partnach, declaradas Monumento Natural, son las rutas más populares de la zona. Si te gusta el senderismo, no dejes de visitar esta bonita población, meca de los deportes de invierno y punto de partida de atrayentes excursiones.

La guinda del pastel a este viaje de ensueño la ponen los castillos de Linderhof, Hohenschwangau y Neuschwanstein, las otras creaciones del rey loco. El primero, elegante y de estilo versallesco, con clara inspiración rococó, arropado por fuentes, estanques y magníficos jardines, fue el único que Luis II terminó por completo; está situado en un valle cercano a la población de Oberammergau. El segundo, aupado sobre una colina boscosa frente al lago Alpsee, en el pueblo de Schwangau, es de estilo neogótico y era utilizado por los reyes bávaros como residencia de verano; y el tercero, el más visitado de Alemania, se levanta en la colina situada justo delante del anterior, en la bella población de Füssen.

Cuando uno contempla la fortaleza de Neuschwanstein, de estilo neoclásico, encumbrada sobre el desfiladero de Pöllat, con su mágico perfil rodeado de bosques, lagos y montañas de postal, no puede sino recordar los castillos de los cuentos de su infancia y, cerrando los ojos, dejarse transportar al reino de la más pura imaginación romántica. Después de haberse imbuido en la magia de estos parajes, todo es posible. Walt Disney lo tomó como modelo para el palacio de La bella durmiente.

Sugerencias para disfrutar de la ruta

  • Acércate al mediodía a Marienplatz para escuchar el carrillón del Ayuntamiento, formado por 43 campanas y 32 figuras. El Rathaus-Glockenspiel de Múnich, que data de finales del siglo XIX, es una de las atracciones más visitadas de la ciudad.
  • Cerca de la catedral de Múnich se encuentra el Viktualienmarkt, un animado mercado de alimentos en el que mezclarse con el ambiente local y abastecerse de buenos productos alemanes.
  • ¿Sabías que los 99 metros de altura de la catedral de Nuestra Señora de Múnich marcan el límite permitido a las construcciones de la ciudad?
  • Si te gusta el mundo del automóvil, no te pierdas el BMW Welt de Múnich, dedicado a la prestigiosa marca alemana.
  • La Hofbräuhaus, la cervecería estrella en Múnich, es un local repleto de grandes y largos bancos y mesas de madera, con un fabuloso ambiente, donde podrás degustar algunas de las mejores cervezas alemanas.
  • Si te gusta el mundo de la cerveza, haz que tu viaje coincida con la Oktoberfest, la fiesta más popular de Múnich, que acoge anualmente a millones de visitantes de todo el mundo y que se celebra desde 1810.
  • Cerca de Múnich se encuentra el campo de concentración de Dachau, triste testimonio del horror nazi.
  • El ascenso al palacio Neuschwanstein, el más idílico de la ruta puede realizarse en carruaje de caballos. La mejor perspectiva se obtiene desde el puente Marienbrücke, situado justo enfrente.
  • En el ala sur del castillo de Herrenchiemsee hay un museo dedicado a Luis II de Baviera, el rey loco.
  • Junto al lago Königssee se encuentra la Eiskapelle, una gruta de hielo que se forma en los meses de verano. Las mejores vistas del lago las tendrás desde el mirador de Malerwinkel, el preferido por los pintores que han inmortalizado el lago.
  • Atrévete con una jarra de cerveza de litro, al más puro estilo bávaro, en alguna de sus tradicionales biergärten o jardines de cerveza. La reina de la mesa es la cerveza weissbier, clara y ligera.
  • Prueba la salchicha blanca más típica (weisswurst) acompañada de mostaza dulce y pretzel, el asado de cerdo (bayerischer schweinsbraten) y las albóndigas de patata (kartoffelknödel), auténticas especialidades bávaras.

Carné de ruta

  • En avión 
    Aeropuerto de Múnich.
  • En coche 
    Irún-Múnich: 1.505 km, vía Brudeos, Mulhouse y Zúrich.
  • Longitud de la Ruta 
    466 km.

Mejor Época

Principalmente verano, aunque la primavera y otoño también son recomendables.

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Textos cedidos por My Way Rutas en coche.