El eco de la historia desde Coimbra a Lisboa
Las inquietas aguas del Atlántico recorren esta ruta desde Coimbra a Lisboa, una costa azotada por el viento cuyo eco se extiende por las callejuelas de los pueblos pesqueros que la bordean. En el interior, el contrapunto: villas rurales, campos de almendros en flor y la tranquilidad de los castillos, conventos y monasterios que urdieron su historia. Los que busquen sol, olas salvajes que retar o buen marisco tampoco se sentirán defraudados.
Aquí se dan cita las obras arquitectónicas más impresionantes del país, algunas de ellas patrimonios mundiales que sorprenden por su belleza. Coimbra, Tomar, Batalha, Fátima, Obidos, Sintra, Lisboa y Évora… El eco de sus nombres evoca el retumbar de las olas en la costa lusa y de las armaduras de nobles caballeros blandiendo sus espadas al aire. Castillos, conventos y monasterios en los que nacieron y lucharon los reyes de Portugal custodian celosos el pasado de las gentes que pusieron en pie este gran país.
Asomada al río Mondego, la ciudad de Coimbra, cuna de reyes y añeja ciudad universitaria, invita al viajero a recorrer sus calles en busca de su rico pasado histórico. Es conocida con el sobrenombre de la Atenas lusa por la gran cantidad de tesoros arquitectónicos que posee, entre los que destacan su hermosa catedral Vieja, de estilo románico, y la biblioteca Joanina, del más extremo rococó.
Hacia el sureste te espera Tomar, con sus impresionantes construcciones templarias, como el convento de Cristo o el bello castillo, elevado sobre una colina junto al río Nabão. Ejemplo del gótico tardío y manuelino es el convento de Santa Maria da Vitória, en Batalha. En su interior maravilla la paz del claustro y los hermosos sepulcros en los que reposan los restos de Juan I y de Enrique el Navegante entre los de otros ilustres monarcas. Como muestra de la gran profusión de estilos arquitectónicos de estas tierras tenemos el edificio manierista y profundamente barroco de la iglesia de la Misericordia, en Fátima, y el apreciado cisterciense de la abadía de Alcobaça.
La ruta en coche entre Coimbra y Évora se acerca a la costa para regocijo de los ojos ante el pueblo medieval de Óbidos, amurallado y de casas encaladas con buganvillas y geranios, y la villa de Sintra, el glorioso edén del poeta Lord Byron. Asomada al mar, hace las delicias del visitante que se adentra por sus calles y se detiene en la Quinta da Regaleira o en el palacio da Pena.
¿Y qué contar de la capital lusa? Inmortalizada en millones de fotografías con sus tranvías, sus azulejos y sus románticos monumentos como el monasterio de los Jerónimos, Lisboa, es un regalo para el visitante en cualquier época del año. Situada caprichosamente entre colinas, la mejor forma de contemplarla es desde lo alto de alguno de sus muchos miradores, como el de Graça o Santa Lucia.
En Évora acaba un viaje cargado de historia. El bello templo de Diana es de tiempos romanos, aunque el más hermoso de sus edificios sea, probablemente, la catedral. Se empezó a construir en pleno románico y se acabó durante el periodo gótico, por lo que presenta una curiosa y mágica combinación de elementos.
La lista de ciudades y monumentos de esta ruta que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO es tan grande que sólo el viajero que se lance a recorrerlas lo comprenderá. Uno tras otro, los monumentos clásicos, medievales, románicos, góticos y barrocos de esta zona de Portugal y las ciudades museo que los cobijan, dejarán sin aire a quien decida posar la mirada sobre semejante belleza.
Y para llevarse un recuerdo inolvidable con banda sonora, los melómanos de espíritu romántico podrán disfrutar del fado, el canto portugués por excelencia, en cualquier taberna lisboeta.
Sugerencias para disfrutar de la ruta
- Tómate un rato para contemplar el magnífico portal de la catedral Vieja de Coimbra, una maravilla del mejor románico portugués.
- Te fascinará la nostalgia que destilan los fados con los que los estudiantes de la Universidad de Coimbra, vestidos con sus tradicionales trajes académicos, agasajan a los visitantes de la ciudad.
- Acércate al mirador de San Pedro de Alcántara para disfrutar de la puesta de sol al atardecer sobre la ciudad. Tal vez sea este el mirador más privilegiado sobre Lisboa, con unas vistas estupendas hacia la Baixa, Alfama y el castillo de San Jorge al frente, el inmenso Tajo a la derecha y la parte nueva de la ciudad, con las avenidas, a la izquierda.
- Prueba de que el convento de Santa Maria da Vitória nunca fue acabado son las Capelas Imperfeitas, una curiosa estructura octogonal a la que se accede desde el exterior.
- Al sur de Sintra se encuentra el faro del cabo de Roca, el más occidental de Europa, donde las puestas de sol son de una belleza extraordinaria.
- En los tradicionales barrios de Bairro Alto o Alfama hay numerosos acogedores locales en los que escuchar fados. Compáralos con los de los estudiantes de Coimbra y verás que son distintos.
- Puedes contemplar la figura del poeta lisboeta Fernando Pessoa sentada junto a una silla vacía en la terraza de A Brasileira. Las malas lenguas cuentan que está castigado a esperar eternamente por lo mucho que siempre hizo esperar a sus amigos.
- Aprovecha tu visita al monasterio de los Jerónimos para probar sus deliciosos pastelillos.
Carné de ruta
- En avión
Aeropuerto de Lisboa. - En coche
Bilbao-Coimbra: 697 km, vía Burgos, Valladolid y Salamanca. - Longitud de la Ruta
493 km.
Mejor Época
Verano, aunque la primavera y el otoño proporcionan la mejor luz.
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Textos cedidos por My Way Rutas en coche.
