Montenegro, un tesoro en el Adriático

El secreto de los Balcanes

Este pequeño país de la costa adriática, independizado en 2006, se ha mantenido durante años fuera de los circuitos turísticos. Ahora se abre al visitante para mostrar unos parajes naturales tan bellos y sorprendentes como bien conservados. No hay duda: Montenegro sorprende.

Escondido en los Balcanes, el pequeño Montenegro tiene una gran riqueza por descubrir. La herencia histórica, cultural y religiosa contrasta con sus hermosas playas y sorprendentes paisajes naturales magníficamente preservados.

Además de parajes de ensueño, el país ofrece un importante legado histórico. Kotor, el primer punto de nuestra ruta en coche por Montenegro, es una buena muestra, pues fue fundada por los romanos en el siglo II a.C. Se trata de una ciudad de tradición marítima situada en el extremo de la pequeña y cerrada bahía de Boka Kotorska, rodeada de altos acantilados y con las aguas del Adriático a sus pies. Su casco antiguo conserva una compacta estructura asimétrica de estrechas callejuelas y plazas entrelazadas, típica de la Edad Media. Entre sus atractivos destaca la catedral de San Tripun y la iglesia de San Nicolás.

La ruta hasta lo alto del monte Lovcen seguro que te gustará, pues la carretera se encarama en una sucesión de curvas y cada una ofrece una vista panorámica sobre la bahía de Kotor mejor que la anterior. Cetinje, a los pies del monte, fue la capital de Montenegro en el siglo XV y sede de la antigua monarquía, por lo que se conservan bellas construcciones de la época. Los elegantes edificios de las antiguas embajadas de Cetinje son hoy escuelas o facultades.

El lago de Skadar impresiona por sus dimensiones pero también por lo que encontramos en él. Es muy recomendable dejar un rato el coche aparcado para adentrarse en el lago a bordo de una barca que nos permitirá descubrir sus rincones más bonitos, sus playas, sus cayos y sus islas, así como avistar decenas de especies de aves. Otra imagen que te sorprenderá es la del monasterio de Ostrog, un importante centro de peregrinación ortodoxo que se halla en lo alto de la ladera de la montaña Ostroska Greda, esculpido en la roca.

Una ruta como esta necesita un final especial, y pocas ciudades lo son tanto como Dubrovnik, ya en Croacia. Se le conoce como la perla del Adriático por la hermosura de su arquitectura, su inmejorable ubicación y su delicioso clima. Frente a ella se ofrece al navegante el archipiélago de las islas Elaphiti, catorce remansos de paz rodeados de agua de los que sólo tres están habitados. Se dice que en otra preciosa isla cercana a Dubrovnik, la legendaria Mljet, recaló Ulises siete largos años embrujado por Calipso.

Sugerencias para disfrutar de la ruta

  • Si te apetece ir a la playa, en el litoral de Montenegro encontrarás numerosas donde elegir, como por ejemplo las de la bahía de Kotor.
  • De Perast salen barcas de remos hasta un islote sobre el que se levanta una iglesia. Según la tradición, los marineros del siglo XV depositaban una piedra en la isla cada vez que volvían de un viaje, hasta que fue suficiente para construir una iglesia que llamaron Nuestra Señora de las Rocas (Gospa od Skrpjela).
  • El lago Skadar es el hábitat de 264 especies de aves, casi la mitad de las variedades que habitan el continente europeo. Con un poco de suerte podrás ver algunos de los últimos pelícanos de Europa.
  • Cetinje y el monte Lovcen son símbolos muy importantes para los montenegrinos, pues representan su lucha por la independencia y la libertad. La antigua capital es hoy el centro cultural y espiritual del país.
  • Podrás comprobar la tradición religiosa ortodoxa del país en los numerosos monasterios. El de Ostrog, excavado en la pared de una montaña, es el más importante y probablemente el más bonito.
  • En Dubrovnik puedes tomar unas barcazas tradicionales para visitar las islas Elaphiti, donde admirarás las residencias de veraneo de los señores de la República de Ragusa, en un paisaje mágico. La isla más visitada es Lopud, repleta de cafés y lugares donde degustar una buena gastronomía croata. En la playa de arena de Sunj podrás darte un refrescante baño en su maravillosa bahía.

Carné de ruta

  • En avión 
    Aeropuerto de Dubrovnik.
  • En barco
    Una buena alternativa es tomar el ferry de Barcelona a Génova.
  • En coche
    Irún-Frontera de Montenegro: 2.280 km, pasando por Toulouse, Marsella, Niza, Génova, Venecia, Trieste y Dubrovnik.
  • Longitud de la Ruta 
    650 km.

Mejor Época

Todo el año. En verano se puede disfrutar de las playas.

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Textos cedidos por My Way Rutas en coche.