Tradición y naturaleza en Cantabria

Villas marineras y encanto montañés al alcance

La pequeña comunidad de Cantabria atesora un paisaje natural tan exuberante como su patrimonio prehistórico y arquitectónico. Villas marineras y extensas playas transmiten la energía del Cantábrico, mientras que los valles y montañas del interior regalan tradición y naturaleza puras.

Viajar en coche por Cantabria permite descubrir todos los tesoros que alberga esta afamada tierra del norte de España. Aunque recibe su nombre por el bello mar que la baña, apacible unas veces y furioso otras, vale la pena acercarse a su interior para conocer las aldeas que con tanto cariño cobijan sus montañas.

La ruta se inicia visitando Santillana del Mar, un impresionante museo al aire libre. Sus vías empedradas te conducirán a algunos de los más importantes tesoros de la arquitectura medieval española, como el conjunto de la colegiata de Santa Juliana o la ilustre torre de don Borja.

No lejos de allí se encuentra uno de los mejores y más importantes exponentes del arte rupestre de todo el mundo, la famosa y celebrada Cueva de Altamira, también conocida como la Capilla Sixtina del arte cuaternario.

En este entorno, entre el mar y la montaña, destacan las playas y localidades costeras de San Vicente de la Barquera y Comillas. En esta última podrás admirar la minuciosidad del Capricho de Gaudí, el imponente palacio de Sobrellano, recortado sobre un tapiz de verdísima hierba, y el edificio que acoge la prestigiosa Universidad Pontificia, señoreando el paisaje frente al mar. La costa luce de un modo especial en San Vicente de la Barquera, una de las principales villas marineras de Cantabria. Como especial es la estampa de la ría salpicada de botes y lanchas pesqueras de vivos colores.

Abierta al mar y al arte, Santander, la capital de Cantabria, es una localidad que destaca por su tranquilidad y elegancia. Ciudad señorial por antonomasia, podrás pasear por sus apacibles calles y admirar sus nobles construcciones, símbolo del poderío económico de la capital cántabra. Sobre la playa del Sardinero podrás contemplar el magnífico palacio Real, de clara y refinada influencia inglesa.
El paisaje que vamos atravesando está salpicado de playas increíbles: paradisíacas unas, otras insólitas… espacios ideales para el baño o la práctica de deportes náuticos. De Langre a Mataleñas, de Oyambre a La Magdalena o de Los Locos a Berria iremos descubriendo algunas de las más bellas.

Viajar con niños por Cantabria es especialmente agradable si se vista el Parque de Cabárceno, pues por sus 750 hectáreas corren animales salvajes traídos de todos los rincones del planeta, casi en plena libertad. Otro magnífico paraje que no puedes dejar de visitar es el Parque Natural de Oyambre, formado por sinuosas dunas, tupidos bosques, frescas rías, vertiginosos acantilados y románticas playas de finísima arena.

Abandona momentáneamente la costa para introducirte en el interior de Cantabria, deleitarte con la portentosa cueva de El Soplao, una joya de la geología, y maravillarte con la magnificencia de los Picos de Europa. Un maravilloso paisaje de montañas nos conducen por Potes y el monasterio de Santo Toribio de Liébana hasta el teleférico de Fuente, puerta abierta a la naturaleza desbordante de los Picos de Europa.

La esencia de lo cántabro la resume el valle de Cabuérniga, incluido en la Reserva del Saja, una comarca bañada por el curso del río Saja, donde podrás conocer de primera mano las costumbres rurales de Cantabria. Hay varios pueblos del valle que conservan el encanto de la arquitectura rural montañesa, pero entre ellos sobresalen dos: Carmona y Bárcena Mayor.
Y para poner la guinda a esta magnífica ruta en coche por Cantabria, regresa de nuevo a la costa para saborear la vida marinera y pesquera deLaredo y Castro Urdiales. Acércate a alguno de sus excelentes restaurantes y prepárate a degustar los platos tradicionales marineros de la cocina cántabra. A buen seguro, dejarás estas tierras con un buen sabor de boca.

Sugerencias para disfrutar de la ruta

  • Contemplar las figuras de los bisontes en la cripta de la Cueva de Altamira es efectuar un viaje de catorce mil años hacia el pasado.
  • En el romántico cementerio de Comillas, situado en un promontorio en las afueras de la ciudad, disfrutarás de unas espléndidas vistas sobre la costa y podrás admirar la bella escultura El ángel, del modernista Josep Llimona.
  • En el tren Magdaleno recorrerás los jardines que rodean el palacio Real de Santander de forma original y descansada.
  • Desde el puente de la Maza, en San Vicente de la Barquera, verás cómo cambia el paisaje según el estado de la marea.
  • No dejes de maravillarte con la tradicional belleza de Potes, donde confluyen el río Quiviesa y río Deva y donde se fabrica uno de los mejores orujos de la zona.
  • Contempla el paisaje a vista de pájaro tomando el teleférico de Fuente Dé para subir a 2.000 metros de altura en los Picos de Europa.
  • En el monasterio de Santo Toribio de Liébana los monjes franciscanos custodian bellos manuscritos y una preciada reliquia: un fragmento de la cruz en la que, supuestamente, fue clavado Jesucristo.
  • Podrías pasarte horas simplemente observando el ajetreo de los pescadores en el puerto de Laredo.

Carné de ruta

  • En avión 
    Aeropuerto de Santander.
  • En coche 
    Bilbao-Santander: 102 km por la N-634 / A8.
  • Longitud de la Ruta 
    350 km en un recorrido circular.

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Textos cedidos por My Way Rutas en coche.